febrero de 2015
Ayotzinapa: embestida imperialista
contra la educación pública
Estudiantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México frente al plantel de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
Desde el inicio de las movilizaciones por Ayotzinapa, hemos subrayado que el verdadero motivo del abominable crimen de Iguala va mucho más allá que la corrupción de un gobierno asesino. Sustituir a un político burgués por otro no cambia nada cuando es el sistema el culpable. “¡Fuera Peña Nieto!” gritan hoy, como ayer pidieron en Guerrero “¡Abajo Aguirre Rivero!” y en Oaxaca en 2006 se repitió “Ulises ya cayó”. Pero si cae un presidente o un gobernador, ¿quién lo remplaza? Ulises Ruiz y Ángel Aguirre ya se fueron, y sus sucesores Gabino Cué y Rogelio Ortega siguen acosando a estudiantes y maestros, indígenas, campesinos y trabajadores.
Como señalamos hace cuatro meses:
“Cualquiera que sea el motivo inmediato que desencadenó el baño de sangre de Iguala, la razón fundamental de la masacre es la satanización de los combativos estudiantesy el empeño de los gobiernos de todas las siglas decerrar las escuelas normales rurales. Esto forma parte de laofensivaprivatizadora de la educación públicaordenada por Washington y las instituciones financieras mundiales. Hoy, esta política nefasta es implementada en México por Peña Nieto y su secretario de educación, Emilio Chuayffet, quien fue secretario gobernación cuando la masacre de Acteal en 1997.”
–“Masacre en Iguala exige movilización y revolución obrera” (octubre de 2014)
Agregamos que el procurador de Peña Nieto, Jesús Murillo Karam –el que “se cansó” del asunto para luego inventar “verdades” históricas sobre el crimen de Iguala– como gobernador de Hidalgo en los años 90 “redujo la matrícula de la escuela normal rural de El Mexe”, y que el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, cuando fungió como gobernador hidalguense “completó la obra y cerró El Mexe, largo tiempo sede de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México” (Arturo Cano en La Jornada, 8 de noviembre de 2014).
Así los principales directivos del régimen peñanetista en el caso Ayotzinapa son enemigos jurados de las escuelas normales rurales. Junto con la FECSM, otro de sus blancos preferidos son los maestros disidentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (la CNTE) enfrentados con los “institucionales” del corporativista “Sindicato” Nacional de Trabajadores de la Educación (el SNTE). El año pasado, Carlos Loret de Mola, conductor del noticiero matutino de Televisa, reportó que en una reunión a puerta cerrada en Los Pinos se anunció que “les vamos a romper la madre a los de la CNTE” (El Universal, 12 de agosto de 2014). El periodista añadió, “Ya se sabe quién, a quiénes y cuando. Falta ver el cómo … si se animan”. Ahora lo vimos.
Durante los últimos 20 años, si no es que desde antes, ha habido constantes intentos de cerrar las escuelas normales rurales. En el caso de El Mexe, hubo un motivo particular para la persecución: en febrero de 2000, días después de la toma de la Universidad Nacional Autónoma de México por la Policía Federal que puso fin a la huelga de diez meses en la UNAM, el gobernador de Hidalgo ordenó a la policía estatal tomar El Mexe por asalto y arrestar a sus 900 estudiantes. Sin embargo, el tiro le salió por la culata. Cuando cientos de policías paramilitares llegaron al plantel y arrestaron a unos 170 estudiantes, la vecina comunidad se movilizó, y unos 1,500 campesinos rodearon, desarmaron y detuvieron a los policías hasta que entregaron a los estudiantes presos.1
Granaderos capturados por la población de El Mexe el 19 de febrero de 2000. Los detuvieron en la plaza municipal hasta que fueron devueltos los estudiantes presos.
Después del definitivo cierre y desalojo violento de El Mexe en 2003, en 2008 se dio el intento de cerrar la normal Mactumactzá en Chiapas y la normal Lázaro Cárdenas del Río en Tenería, Estado de México, así como el secuestro y tortura de estudiantes de la normal de Atequiza en Jalisco. Luego, en 2012, hubo el simultáneo asalto por miles de policías a las escuelas normales en Tiripetío, Cherán y Arteaga, Michoacán en un intento de romper una huelga de los estudiantes en contra de una “reforma” curricular según criterios de libre comercio (sustituyendo la enseñanza de idiomas indígenas que se hablan en las comunidades por el aprendizaje de inglés). 2 La embestida desató una marcha de 50 mil personas en Morelia, convocada por la CNTE.
El motivo de esta cruzada contra las escuelas normales rurales no es simplemente el odio de los gobernantes burgueses contra estudiantes radicalizados. Como casi todo tocante la educación en México, las acciones del gobierno responden a los dictados emitidos por las instituciones financieras imperialistas. El artículo sobre “Maquilización de la Universidad” en el suplemento a El Internacionalista (marzo de 2000) sobre la huelga de la UNAM cita documentos del Banco Mundial que abogan por “la orientación por el mercado de la educación media superior y superior”, lo que implica la imposición de colegiaturas (cuotas), la disminución de la matrícula de las universidades públicas, el incremento de universidades privadas, el debilitamiento de los sindicatos, así como “menos y/o diferentes profesores” y el “cierre de instituciones ineficientes o ineficaces”.
Con respecto a esto último, los “expertos” imperialistas de la eficiencia hicieron “recomendaciones” bien específicas. En septiembre de 2002, una misión del Banco Mundial preparó un extenso informe, “Apoyo programático al estado de Chiapas” (adornado con las inscripciones “confidencial” y “sólo para uso oficial”) que “recomendaba” eliminar la reservación de plazas docentes para egresados de las escuelas normales y la “conversión de normales estatales” (citado en Proceso, 30 de agosto de 2003). Basándose en ese informe, el gobernador chiapaneco Pablo Salazar anunció su intención de “convertir a la normal rural Mactumactzá en una universidad politécnica”. Esto desató una furibunda protesta estudiantil, a la que la policía respondió con fuego mortal.
En años recientes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha tomado la delantera en la promoción de la “reforma educativa orientada por criterios de mercado” (market-oriented education reform). Señalamos3 que esta contrareforma educativa, la primera iniciativa del Pacto por México de los principales partidos burgueses (PRI-PAN-PRD), se basó en un Acuerdo de cooperación México-OCDE para mejorar la calidad de la educación de las escuelas mexicanas (2010) para “establecer un examen de selección nacional y otras herramientas de evaluación” para la contratación y despido de profesores. También se propuso introducir un sistema de “recompensas por desempeño” (pay for performance).4
Es contra ese plan para conformar la educación a los requisitos del capital y destruir los derechos de los docentes que se rebelaron los maestros guerrerenses, oaxaqueños y de otras secciones de la CNTE, convulsionando el país durante meses, por lo que desde Los Pinos ahora quiere “partirles la madre”. Sobre las normales rurales, un boletín, Análisis de las políticas para maestros de educación básica en México (OCDE, octubre de 2009), habla con bastante franqueza:
“Las normales rurales, por su parte, con frecuencia son bastiones de grupos radicales, presentan un alto grado de conflictividad y tienen un potencial de movilización muy importante; en su mayor parte, se trata de instituciones anacrónicas, que ya no responden a las necesidades actuales de formación de cuadros magisteriales….”
Su conclusión: “debería valorarse la posibilidad de cambiar el giro de algunas de los planteles para destinarlos a atender otras necesidades educativas”. Señalan el caso de la normal de El Mexe como “paradigmático” por haber eliminado su matrícula “redundante”.
Citamos estos textos para mostrar que la referencia a los dictados imperialistas como lo que está tras la ofensiva en contra de las escuelas normales rurales, los estudiantes radicales y los docentes combativos no es ninguna especulación. Como sumisos administradores de una semicolonia, los gobernantes mexicanos acatan y cumplen las órdenes de sus amos imperialistas. Y eso no solamente con respecto a la educación. La privatización del petróleo mediante la “reforma energética” es una muestra más, dentro del marco establecido por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Con esas políticas libremercadistas se ha convertido el país en una gran maquiladora para la industria estadounidense, además de que se ha arruinado la agricultura mexicana.
Este último factor repercute directamente en la arremetida contra Ayotzinapa. Claro que para las comunidades campesinas que viven de la siembra y cosecha de cultivos, los maestros egresados de las normales rurales no son nada “redundantes”. Pero si desaparece el campesino como productor para el mercado, no quedarían sino los agronegocios –con toda su maquinaria altamente tecnificada, semillas modificadas, plantas congeladoras– y las importaciones. Eso es lo que vemos hoy mientras la producción agrícola campesina cae. Actualmente 35% del maíz que se consume en México, país de origen de este alimento básico, es importado, como lo es más de 50% del trigo y 75% del arroz. Mientras tanto el campo se despuebla, sobre todo de jóvenes.
Hace más de una década, Hugo Aboites, investigador sobre temas educativas, actualmente rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y autor del libro Viento del Norte: TLC y privatización de la educación superior en México (1998), apuntó que la acometida contra las escuelas normales rurales (ENR):
“manifiesta que el futuro del campo mexicano ya no pasa por las comunidades campesinas, ni por los grupos indígenas, ni por los ejidos, ni cooperativas; por las organizaciones rurales, sino por la agroindustria, por los grandes capitales metidos a maquilar el campo mexicano.
“Existe un proyecto para el agro mexicano detrás de esta eliminación de las ENR. Es el mismo que apunta también a eliminar escuelas de agronomía y de veterinaria. Es un proyecto en el que ya no caben estas instituciones, porque ya no se basa en las masas campesinas y obreras, sino en el capital, y es un capital que necesita técnicos.”
–“La hora de las Normales Rurales”, Contralínea, octubre de 2003
Correcto, y precisamente porque la existencia misma de las escuelas normales rurales va contra el proyecto de “tecnificación” del campo en beneficio de los grandes monopolios es que no se las puede defender dentro del marco del capitalismo mexicano. Lo mismo vale en cuanto a la “reforma” libremercadista de la educación pública. Como remarcó Aboites:
“Un modelo educativo que ofrece educación gratuita y que además paga a los jóvenes por estudiar es un modelo que resulta subversivo en sí mismo para la idea de privatizar la educación….
“Desgraciadamente la cuestión económica y la globalización en el campo son las principales causas del enfrentamiento de los gobiernos estatales con los estudiantes, por lo que las autoridades serán implacables.”
Es así que no se podrá defender las normales rurales con un programa nacionalista que busca preservar instituciones que, no obstante su retórica de “educación socialista”, formaban parte del régimen capitalista corporativista establecido por Plutarco Calles y Lázaro Cárdenas. Si bien los gobiernos de la mal llamada “transición democrática” –tanto del PRI, del PAN o (a nivel de los estados) del PRD– no han podido prescindir de los seudo sindicatos de la CTM, CROC y SNTE para mantener un control policíaco corporativista sobre los trabajadores de sectores clave, el sistema capitalista altamente estatificado ya desapareció. Por lo tanto, una defensa exitosa de las normales rurales sólo es posible sobre la base de un programa revolucionario e internacionalista.
Los combativos normalistas de la FECSM han logrado resistir durante más de una década, pero al fin sus tomas y marchas no son suficientes para vencer el capitalismo mexicano y el imperialismo. El ataque contra los derechos de estudiantes y maestros mexicanos es el mismo que están experimentando los educadores en las metrópolis imperialistas, donde gobiernos, industriales, banqueros y especuladores bursátiles también exigen “recompensas por desempeño” según el “valor agregado” de los docentes, donde intentan eliminar todo atisbo de defensa sindical de los derechos del magisterio, donde buscan el cierre de escuelas “ineficientes” y privatizar o convertir en fuente de lucro a las escuelas y universidades públicas.
Para derrotar la ofensiva que pretende regimentar y privatizar la educación pública hay que movilizar al único poder social capaz de derrotar a la burguesía, el de la clase obrera, y a escala mundial. En esta lucha en contra de la ofensiva capitalista, los aguerridos estudiantes y docentes mexicanos tienen mucho que aportar con su acérrima defensa de las normales rurales, su boicot a los exámenes estandarizados, sus paros y plantones.5 Pero capas pequeñoburgueses como son los estudiantes y profesores no producen valor ni ganancias para los capitalistas. Para vencer en esta verdadera guerra de clases, no basta tomar unas casetas de cobro en las autopistas y sentarse en las plazas centrales de las capitales. Hay que paralizar sectores clave de la industria, el comercio y transporte.
Por eso, el Grupo Internacionalista ha llamado desde el principio por una huelga nacional contra el gobierno asesino que prepare la lucha por un gobierno obrero y campesino que inicie la revolución socialista internacional. Sólo así podremos barrer con los doctos “expertos” que buscan “reformar” la educación pública al destruirla a punta de fusil. Sólo así podemos vengar nuestros compañeros, los caídos de Ayotzinapa.■
- 1. Ver el artículo “El Mexe: Rebelión en Hidalgo”, en el suplemento aEl Internacionalista(marzo de 2000) sobre La huelga de la UNAM y la lucha por la revolución obrera.
- 2. Ver nuestros artículos “¡Defender las normales rurales!” y “Sangriento asalto policíaco contra normales rurales en Michoacán”, volante de El Internacionalista(noviembre de 2012).
- 3. En nuestro artículo “¡Por una huelga nacional de la educación!” Revolución Permanente 2, mayo de 2013,
- 4.El citado acuerdo fue seguido por un detallado documento de 130 páginas sobre Establecimient de un marco para la evaluación e incentivos docentes: consideraciones para México(OCDE, 2011) con propuestas de cómo medir el “valor agregado” de las escuelas y cada profesor.
- 5.Ver “Maestros, estudiantes: Boicot activo para impedir exámenes de rendimiento”, Revolución Permanente n° 1, (octubre de 2012)