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marzo de 2013 ¡Alerta!
Charrazo contra la charra Gordillo
busca aniquilar la resistencia magisterial Marcha del Bloque
Democrático de la Sección 7 de la CNTE-SNTE
(Chiapas) en Tuxtla Gutiérrez, el 4
de marzo . En todo el país pararon labores alrededor de 200 mil maestros durante la huelga de 48 horas contra la reforma educativa y la imposición por el gobierno de Enrique Peña Nieto de un nuevo charro, Juan Díaz de la Torre, a la cabeza del "sindicato" corporativista SNTE. (Foto: Noticias) Elba
Esther Gordillo y Enrique Peña Nieto
cuando eran aliados, en la entrega del
edificio de la Sección 36 del SNTE, en
noviembre de 2010. (Foto: La Jornada)
4
de MARZO – Al caer la tarde del 26 de febrero
Elba Esther Gordillo, “presidenta vitalicia”
del corporativista Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE), fue
arrestada en el aeropuerto de Toluca por
órdenes de la Procuraduría General de la
República. “¡Cae Elba Esther!”, “Elba presa”,
“Cae imperio de Elba” gritaron los titulares.
La captura se realizó mediante un operativo
militar que incluyó agentes encubiertos
apostados en San Diego, California (EE.UU.) y
varios aeropuertos del país, dos aeronaves de
la Secretaría de Marina que seguían a su jet
privado y que tras su arresto transfirieron a
la lideresa del SNTE al hangar de la PGR,
donde le esperaba una caravana de diez
vehículos blindados que con cierres de calles
la llevaron al penal de Santa Martha Acatitla.
Fue con este espectacular despliegue de poder
estatal que el gobierno de Enrique Peña Nieto
puso tras las rejas a esta agente estatal
burguesa, fiel servidora de los designios de
los gobiernos capitalistas mexicanos desde
hace más de tres décadas. La acusación: lavado
de dinero, desvío ilícito de recursos del SNTE
y delincuencia organizada. O sea, corrupción.
Para
toda persona enterada de la política mexicana
fue evidente que se trata de un ajuste de
cuentas en las altas esferas del poder. Por
desvío de recursos y corrupción obscena se
podría arrestar a casi todos los gobernantes
del país entre políticos, burócratas de alto
nivel y mandos militares y policíacos. A los
representantes del capital no podría
importarles menos que “la Maestra” se diera
una vida de grandes lujos en sus palacetes de
Coronado Island en San Diego con compras
estrafalarias (más de 2 millones de dólares en
dos años, lo que hace un promedio de US$3 mil
por día) en el lujoso almacén Neiman Marcus, y
sus constantes cirugías estéticas. Elba Esther
Gordillo resultó ser un blanco ideal para
vender la política privatizadora de Peña
Nieto. No podría escapársele a nadie que su
detención ocurrió un día después de que el
cogobierno del PRI, PAN y PRD, cristalizado en
el “Pacto por México”, promulgara la infame
reforma educativa que fue aprobada en tiempo
récord por el obediente Congreso de la Unión y
las legislaturas estatales. Fue para aplastar
a toda resistencia magisterial que se dio el
“Elbazo”.
La
corrupción de Gordillo era legendaria, pero
fue protegida y hasta auspiciada por los
gobiernos en turno como recompensa por sus
servicios, que iban desde colocar senadores,
gobernadores y hasta presidentes hasta
suprimir la rebeldía de los docentes. Nosotros
del Grupo Internacionalista hemos señalado
reiteradamente que el SNTE ni siquiera es un
sindicato obrero sino, al igual que otros
gremios corporativistas, una agencia del
estado, una policía laboral cuyo propósito es
sustentar el poder y regimentar a los
trabajadores. Resulta que hoy la jefa no es
tan útil y se decidió prescindir de ella. No
obstante, advertimos también que las iniciales
reacciones de alegría de muchos maestros
disidentes al oír la noticia de la detención
de Gordillo están profundamente equivocadas.
Las corrientes disidentes del magisterio –en
particular la Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación (CNTE)– cometen
un error garrafal al cooperar con –y hasta
instar a– la PGR en su “investigación”. La
demanda de las y los docentes conscientes de
clase debe ser: Peña
Nieto, ¡manos fuera del magisterio! Sólo
un iluso podría pensar que el presidente
priísta actuó en defensa del patrimonio
sindical, para salvaguardar sus cuotas, como
fingió con su pronunciamiento sobre el caso
emitido al día siguiente por todas las
estaciones radiales y televisivas del país. Su
medida tiene el propósito de reforzar el
corporativismo, no el de promover la
democracia sindical. Se trató de una crisis de
gobierno, como resultó patente cuando Peña
Nieto convocó a una reunión de emergencia en
Los Pinos a los 32 gobernadores del país (de
los cuales 29 se presentaron), algunos de los
cuales debían sus puestos a las influencias de
“La Maestra”. El secretario de educación
Emilio Chuayffet, quien como secretario de
gobernación del presidente Ernesto Zedillo en
1994 fue responsable de la espantosa matanza
de Acteal –de 45 indígenas del colectivo
religioso Las Abejas que se encontraban
rezando en Chenalhó, Chiapas– no es un aliado
sino un enemigo jurado de los trabajadores,
quien ha declarado que los únicos educadores
que influirían en su “reforma” serán los
seleccionados por el gobierno. Todos
los crímenes de Gordillo –y son mucho más
graves que los hoy imputados contra ella–
fueron encumbrados por –o realizados al
servicio– del mismo estado criminal que ahora
pretende juzgarla. Tras la detención de
Gordillo se esconde el empeño del nuevo
gobierno priísta de apretar las tuercas del
control gubernamental sobre el magisterio. La
respuesta de los trabajadores al drama en
torno al arresto de la patrona del SNTE debe
consistir en romper el grillete
corporativista, expulsar a la burocracia charra
impuesta por el estado capitalista, organizar
un gran sindicato independiente de todo el
sector educativo y romper políticamente con
todos los partidos y políticos burgueses,
desde el gobierno capitalista tripartito del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) ,
el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido
de la Revolución Democrática (PRD) hasta los
partidos parlamentarios menores (Partido del
Trabajo [PT], Movimiento Ciudadano [MC]) y el
Movimiento de Regeneración (Morena) de Andrés
Manuel López Obrador (AMLO). El
imperio
de Elba La
Maestra Gordillo es una asesina de
maestros que ha sido puesta en el banquillo de
los acusados por los amos burgueses que la
instalaron como secretaria general del SNTE en
1989, año de efervescentes luchas
magisteriales que una y otra vez sacudieron al
país con paros de más de medio millón de
docentes. Ella misma dijo, ante reporteros en
2003, “Yo llegué al sindicato por una decisión
del Estado mexicano… en esa necesidad… el
Ejecutivo cuenta” (“Cuando el PRI devora a sus
propios hijos”, Proceso,
2 de marzo). Como escribimos en un artículo de
2006: “La
presidenta del ‘sindicato’ nacional, el SNTE,
Elba Esther Gordillo, fue nombrada para ocupar
su puesto por el secretario de gobernación
durante una reunión en Bucareli a altas horas
de la noche, después de que su predecesor
(Carlos Jonguitud, también un esbirro
priísta), fuera ‘renunciado’ unas horas antes,
tras reunirse con el presidente Carlos Salinas
de Gortari. Gordillo y Jonguitud son
responsables entre los dos del asesinato de
más de 150 maestros disidentes del SNTE.
Después de ser secretaria del CEN del PRI, con
el eclipse del poder priísta, Gordillo
transfirió su lealtad institucional al régimen
de Fox, formando un nuevo ‘partido’, el PANAL
(Partido Nueva Alianza), para apoyar la
candidatura de Calderón”. –El
Internacionalista No. 6, mayo de 2007 El
estado que empleó a la asesina Gordillo, que
es responsable de más de 90 mil muertos en los
últimos seis años, que es enemigo del
magisterio combativo, no tiene derecho a
enjuiciar a su agente. Quienes deben juzgar a
esta criminal de estado son los colegas y
familiares de los maestros que lucharon contra
el control corporativista encarnado por Carlos
Jonguitud Barrios y más tarde por ella, y que
por eso fueron baleados, torturados y
desaparecidos por órdenes expresas de la
camarilla charra
que conformaban (la mal llamada “Vanguardia
Revolucionaria” dentro del SNTE). El caso más
famoso es el del profesor Misael Núñez Acosta,
asesinado en enero de 1981 por tres policías
judiciales del Estado de México que fueron
contratados ex profeso por Ramón Martínez
Martín y Elba Esther Gordillo, quien entonces
fungía como secretaria de Trabajo y Conflictos
de Educación Preescolar de la Sección 36 del
gremio corporativista en la zona oriente del
Valle de México. Grupo
paramilitar dirigido por Humberto Alcalá
Betanzos (centro), fundador de la Sección
59 del SNTE y político del PRI en
Lalloaga, Oaxaca (2009). Al
crimen contra Misael Núñez siguió el asesinato
de más de 150 maestros en las dos
décadas siguientes por encomienda de Gordillo
en contubernio con el gobierno y el partido
que hoy la han desechado y encarcelado. La
responsabilidad de Gordillo por el asesinato
de maestros se extiende hasta la actualidad. A
finales de las luchas convulsivas en Oaxaca
lideradas por la disidente Sección XXII del
SNTE, afiliada a la CNTE, Gordillo montó una
Sección 59 que consiste de esquiroles y
asesinos a sueldo para ayudar al gobierno de
Vicente Fox (del PAN) a combatir a la XXII. En
los años subsiguientes escuadrones de la
muerte de esta “Sección 59” han matado una y
otra vez a mentores de la CNTE. Sólo unos
ejemplos: –El
28 de agosto de 2009 el profesor Artemio
Camacho Sarabia cayó asesinado en San Pedro
Jicayán, región de la Costa, cuando un
contingente de maestras y maestros intentaban
recuperar la escuela primaria bilingüe
“Libertad”, tomada por priistas y miembros de
la Sección 59. –En
mayo de 2009 fue asesinado la presidenta del
Comité de Padres de Familia de una secundaria
de San Pedro Totolapan, Leonor Ortiz Barriga,
quien participaba en la lucha de la Sección
XXII por recuperar las escuelas tomadas por la
Sección 59. –El
4 de abril de 2011, fue asesinado el profesor
de educación indígena Luis Quiroz Quiroz,
quien también participó en la movilización
para recuperar una escuela bilingüe. Ahora
con el arresto de Gordillo, el SNTE, tan
corporativista como antes, sigue siendo un
arma de control del gobierno. El delfín de La
Maestra, el secretario general del
gremio Juan Díaz de la Torre, fue instalado
como presidente mediante un cambio de los
estatutos acordado en la madrugada después del
arresto de su presidenta. Pero antes de que
pudiera asumir sus nuevas funciones en el
consejo nacional que sesionaba en Guadalajara,
según La
Jornada (28 de febrero), viajó al DF:
“el acuerdo para mantener a Díaz de la Torre
se habría cerrado en una negociación con el
gobierno de Enrique Peña Nieto, después de que
el dirigente viajó a la ciudad de México,
donde se había reunido con el secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien
le transmitió el mensaje del Presidente”. Esta
“decisión de Los Pinos” estipuló que el nuevo
presidente del SNTE tenía que comprometerse a
“no meterse con el caso de Elba y alcanzar
soluciones en materia de la negociación
salarial y de la reforma educativa”. Acto
seguido, el flamante dirigente charro del SNTE
anunció su pleno aval a la reforma. El
mensaje es claro: como en el pasado, el SNTE
será instrumental para implementar los ataques
patronales contra los maestros que regimienta.
En este caso, el proceso de “evaluación
universal” que ahora goza de “rango
constitucional” (de modo que no puede ser
alterado por negociación sindical ni por leyes
del Congreso) será usado como pretexto para
despedir a decenas de miles de maestros. En
particular estarán bajo la mira los de las
secciones afiliadas a la CNTE, corriente
magisterial que no ha roto con el SNTE pero
que en los hechos actúa como gremio
independiente, convocando a paros de cientos
de miles de maestros y que los gobiernos
burgueses desde el priísta de la Madrid han
intentado destruir. Aunque Gordillo fue una
dirigente de la cúpula del Partido
Revolucionario Institucional, del que fue la
jefa de su bancada en la Cámara de Diputados y
secretaria general del consejo ejecutivo
nacional durante varios años, como dirigente
de un gremio corporativista su lealtad
fundamental la debía al estado, por lo que
sirvió también a los gobiernos de Vicente Fox
y Felipe Calderón del Partido Acción Nacional. Hoy
es más urgente que nunca romper la camisa de
fuerza corporativista que ata al magisterio al
estado burgués. Ante la decapitación del SNTE,
se impuso en cuestión de horas un nuevo charro
para cumplir las labores que Elba Esther ya no
podía seguir cumpliendo. Es necesario que los
maestros combativos tomen en sus manos el
control de sus destinos al romper todo lazo
con el estado. Actualmente hay una profusión
de gremios que pretenden representar al
magisterio. Además del SNTE y la CNTE, está el
Comité Ejecutivo Nacional Democrático del SNTE
(asociado al PRD), un supuesto Sindicato de
Trabajadores de la Educación dirigido por
Carlos Jonguitud Carrillo, hijo del otrora
cacique del SNTE, y otros menores. Los que
están dentro del SNTE deben luchar por echar
a toda la burocracia corporativista que lo
regentea y que está cristalizada en miles de
“comisionados”. En cada escuela, en cada
lugar de trabajo, deben conformarse comités de
trabajadores de la educación que se encarguen
de la expulsión de estos esbirros de los
planteles. Las
corrientes independientes deben rechazar toda
injerencia del estado en sus asuntos y en los
asuntos internos de los trabajadores en
general. El gobierno patronal no tiene derecho
alguno de tocar o reglamentar los fondos
aportados por los trabajadores, ni de
reconocer o no dirigencias sindicales
(mediante la arbitraria “toma de nota”) o
registrar sindicatos, y mucho menos instalar y
quitar dirigentes a su antojo, como se ha
hecho desde los primeros charrazos
después de la Segunda Guerra Mundial, cuyo
propósito era expulsar a comunistas y
sindicalistas clasistas de cualquier índole.
Estamos en guerra de clases, y no admitimos la
intromisión del estado (en sus ramos
ejecutivo, legislativo o judicial) en nuestros
asuntos. La meta de los trabajadores con
conciencia de clase debería ser, junto con
sindicatos universitarios como el STUNAM y
SITUAM, construir un genuino sindicato
obrero de todo el sector educativo, con
total independencia del estado y sin la
menor atadura política a ninguno de los
partidos burgueses. ¡Huelga
nacional
indefinida contra la El
“Elbazo” de Enrique Peña Nieto pretende
ocultar las verdaderas intenciones del nuevo
gobierno: imponer una reforma administrativa
y laboral a los maestros del país que les
quita sus derechos conquistados y los somete
a una dictadura patronal. Es por eso de la
mayor urgencia comenzar a organizar
movilizaciones de los sindicatos del sector
educativo para, con la ayuda del movimiento
obrero en su conjunto, parar en seco el
ataque capitalista. Ya los maestros de
Guerrero han entrado en paro desde finales
de febrero y sectores independientes han
convocado una huelga de 48 horas del
magisterio nacional para el 4 y 5 de marzo.
Para que estas acciones surtan efecto es
necesario que trasciendan los estrechos
marcos de la política de presión a que los
quieren restringir los dirigentes de la
CNTE. Aunque reconocen que el arresto de
Gordillo es un ajuste de cuentas y se oponen
a la contrarreforma educativa de Peña Nieto,
ofrecen cooperar con el gobierno en la
integración de la causa legal contra ella.
Esta es una oferta suicida, que el gobierno
pronto utilizaría para “investigarlos” a
ellos también. En
un artículo en defensa de los normalistas
michoacanos, escribimos recientemente con
respecto al engañoso “Acuerdo por la Calidad
de la Educación” auspiciado por Elba Esther
Gordillo y su aliado Felipe Calderón: “Con
su ‘orientación al mercado’ desde los niveles
más básicos, las ‘reformas educativas’ bajo
este signo pretenden reducir drásticamente el
presupuesto gubernamental dedicado a la
educación básica y disminuir dramáticamente la
matrícula en la educación superior pública.
Buscan entrenamiento
en lugar de una educación que contribuya a la
emancipación de los sectores más necesitados.
Lo que menos quieren es que los estudiantes se
eduquen para pensar críticamente y puedan
expresarse para defender sus intereses.” –“ACE:
Alianza Burguesa Contra la Educación. ¡Defender
las normales rurales!”, suplemento de El
Internacionalista, noviembre de 2012 La contrarreforma de Peña Nieto y
el Pacto por México representan la
continuación de la ACE. Ante la implementación
de la reforma es necesario que los maestros de
primaria, secundaria y bachillerato en todo el
país, así como los gremios universitarios, se
movilicen en defensa de sus empleos y por
hacer de la educación un verdadero derecho.
Los combativos maestros oaxaqueños,
guerrerenses y michoacanos han mostrado el
camino con sus paros del año pasado impidiendo
la realización de exámenes en el marco del ACE
(ver “Maestros, estudiantes: Boicot activo
para impedir exámenes de rendimiento”, Revolución
Permanente
N° 1, octubre de 2012). Ahora se plantea
la necesidad de una huelga nacional por tiempo
indefinido de todo el sector educativo, con el
apoyo del proletariado industrial, para parar
en seco la contrarreforma educativa
capitalista. El
obstáculo para esta necesaria movilización es
doble: por un lado, el corporativista SNTE
sigue siendo una policía laboral que impide la
movilización de los maestros en defensa de sus
conquistas; por otro, la CNTE, el CEND y otros
sindicatos del sector educativo están
fuertemente subordinados a la “oposición”
burguesa. El PRD de los Chuchos (Jesús
Zambrano y Jesús Ortega) forma parte del Pacto
por México, y en ese marco no sólo dio su aval
a la “reforma” educativa, sino que sus jefazos
estuvieron en la primera fila de los
“distinguidos” patrocinadores que celebraron
su promulgación. Los seguidores del Morena de
AMLO, por su parte, otra vez persiguen una
“estrategia legal” como han hecho con
resultados desastrosos en el pasado, como en
el caso de los 44 mil trabajadores
electricistas despedidos por Calderón,
auspiciando amparos individuales ante los
tribunales capitalistas, como han hecho no
sólo la CNTE sino también el SNTE bajo
Gordillo, en una tímida señal de inconformidad
que le costó cara a La Maestra. La
estrategia de unos y otros no trasciende los
marcos de la política de presión sobre el
parlamento burgués. Además
de todas medidas defensivas y de movilización
hay una urgente necesidad de forjar una
verdadera dirección clasista y revolucionaria
entre los trabajadores de la educación. Una
dirección tal insistiría en la más completa
independencia política con respecto al estado
burgués y los partidos y políticos
capitalistas. Sólo librando una lucha
revolucionaria se podrá romper efectivamente
los lazos que atan al magisterio al estado
burgués. Como escribió León Trotsky en su
ensayo incompleto sobre “Los sindicatos en la
era de la decadencia imperialista” (agosto de
1940): “Los sindicatos de nuestro tiempo
pueden servir como herramientas secundarias
del capitalismo imperialista para la
subordinación y adoctrinamiento de los obreros
y para frenar la revolución, o bien
convertirse, por el contrario, en las
herramientas del movimiento revolucionario del
proletariado.” ¡Romper con todos los
partidos y políticos burgueses! ¡Forjar un
partido obrero revolucionario!
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