Para
ganar, ¡darle duro a la
patronal! Don’t Let Writers Stand Alone – All Media Workers Should Join the WGA on Strike! (December 2007). click on photo for article
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febrero de 2008 Se anuncia dura batalla
de clases
Puerto
Rico:
¡Todos a la calle en defensa del magisterio en lucha!
14 de FEBRERO –
Estamos a la
puerta de una gran batalla de clases en Puerto Rico. Día tras
día se anuncian
nuevos preparativos para la anunciada huelga de la Federación de
Maestros de
Puerto Rico. Con sus 42 mil agremiados, en su mayoría mujeres,
la FMPR
representa la casi totalidad del magisterio y es, de lejos, el
más grande
sindicato de la isla. Se enfrenta con el gobierno-patrono del
gobernador rabiosamente
antiobrero y antisindical Aníbal Acevedo Vilá, del
Partido Popular Democrático
(PPD). Su secretario de educación, Rafael Aragunde, con una
soberbia sin
límites, se niega a negociar. La FMPR está desafiando la
tramposa Ley 45, que
pretende reconocer el derecho de sindicalización de los
empleados gubernamentales
mientras que prohíbe las huelgas, su único medio de
defensa. La Fuerza de
Choque de la Policía de Puerto Rico y la Guardia Nacional se
están alistando
para arremeter contra de los huelguistas. Y sin duda se han alertado
las
numerosas instalaciones de las fuerzas armadas norteamericanas que han
hecho de
la colonia isleña un baluarte militar imperialista para dominar
el Caribe. La lucha de los maestros
puertorriqueños atañe
a todos. ¡La clase obrera en conjunto, los estudiantes y padres
de familia, y
los maestros y defensores de los derechos de los trabajadores del mundo
entero
deben salir en defensa de la FMPR! Al iniciarse la huelga, debe haber manifestaciones
de apoyo y solidaridad por doquier. En Puerto Rico, las escuelas
están en todas
partes: hay que constituir piquetes masivos que trastornen la vida
pública de
la isla. Como dice el presidente de la FMPR, Rafael Feliciano, los
maestros tienen
que darse a respetar. La educación no va a parar.
¡Conviertan las calles en
grandes aulas a cielo abierto, para dar lecciones en la lucha de
clases! La
FMPR ha anunciado ya la formación de 600 comités de
huelga. Frente al cínico
“Plan B” del gobierno, para organizar rompehuelgas y usar a los
niños para
provocar incidentes en las líneas de piquete, hay que convertir
a los comités
de huelga en grandes centros comunitarios de los trabajadores. Y si
los
patronos proceden a arrestos masivos, hay que responder con bloqueos
masivos y
la generalización de la huelga hasta paralizar la isla entera.
Una lucha por
la independencia del movimiento obrero Los maestros
están luchando
por defender la enseñanza pública frente a una embestida
privatizadora que
busca sacrificar el futuro de toda la generación joven en aras
de su delirio
libremercadista. Los gobernantes quieren convertir las escuelas, muchas
de las
cuales se encuentran en pésimas condiciones, en plataformas para
producir
beneficios para los capitalistas. Ya en octubre de 2006, el gobernador
y su
secretario de gobernación, Jorge Silva Puas, anunciaron su Plan
de 100 Días
para la Reestructuración del Gobierno mediante un recorte
drástico de los
gastos gubernamentales. Quieren establecer mil escuelas charter
(semiprivatizadas) y hacerlas funcionar como cualquier empresa privada
con el
fin de generar beneficios. Así niegan el derecho
democrático a la educación
para todos. Que este plan representa un peligro real lo indica el
cierre
patronal que decretó Acevedo Vilá en abril-mayo de 2006,
cuando dejaron sin
empleo y sin ingresos a 98 mil empleados públicos, entre ellos
al magisterio
entero. Maestros
en protesta contra discurso del gobernador, 6 de febrero: “Estamos
listos”. El gobierno
anunció en enero
la descertificación de la FMPR, por el hecho de que 7 mil
maestros habían votado
a favor de aprobar una huelga en una mega asamblea en noviembre pasado.
Así los
gobernantes “democráticos” pisotearon no sólo a los
derechos de los
trabajadores, sino también la libertad de expresión. Con
ello se negaron a
negociar siquiera, e inclusive a hablar con los responsables de la
Federación.
Luego escenificaron a fines de enero una provocación en una
escuela en Utuado,
resultando en la detención de ocho maestros que estaban en
piquete desde el
otoño cuando fueron suspendidos (y luego resuspendidos sin paga)
por
pronunciarse en contra de cambios unilaterales realizados al programa
académico. En otras escuelas llamaron a la policía cuando
llegaron representantes
de la FMPR para atender asuntos sindicales. Al otro día
invitaron a la prensa a
una reunión del sempiterno jefe de la Policía de Puerto
Rico, Pedro Toledo, con
su alta oficialidad donde hablaron de preparar a la Unidad de
Operaciones
Tácticas para intervenir en casos de “violencia” en los
piquetes. Todo esto
tiene la evidente intención de intimidar. Pero los maestros no
se dejaron amedrentar. Al mismo tiempo,
el
gobernador trató de seducir a los docentes, con anuncios de
incrementos
salariales de 100 dólares en diciembre y 250 en febrero. Pero
como estas ofertas
no son resultado de una negociación, y no están plasmados
en un contrato
colectivo, el gobernador puede retirar los anunciados aumentos en
cualquier
momento. Se trató de romper el sólido frente magisterial
con el anuncio de un
nuevo y fantasmagórico “sindicato” patronal, una criatura de la
Asociación de
Maestros, un organismo profesional que incluye a supervisores y mandos
del
Departamento de Educación, y patrocinado por el sindicato
estadounidense SEIU y
su federación “Change to Win”. Luego se orquestó una
conferencia de prensa de
los gremios afiliados a la AFL-CIO, la otra federación sindical
norteamericana,
para vapulear la huelga programada y darle una puñalada por la
espalda a la
Federación (ver nuestro artículo, “Un caso de
colonialismo sindical: AFL-CIO y
Change to Win vs.la FMPR”). Con todo no lograron romper la
combatividad
de los maestros. Y otros sindicatos, entre
ellos la UTIER (de la industria eléctrica),
manifestaron su apoyo
“incondicional” a los maestros. El magnate inmobiliario Donald Trump y el gobernador antisindical Aníbal Acevedo Vilá. Una huelga magisterial a toda máquina les quitará la sonrisa. (Foto: Wanda Liz Vega/El Nuevo Día) Al momento de
escribir este
artículo, el Tribunal de Apelaciones respondió a un
recurso de la FMPR contra
la descertificación dictada por la Comisión de Relaciones
Laborales del
Servicio Público, dejando la medida temporalmente sin efecto. La
razón evidente
de este dictamen es que la patronal muestra vacilación ante la
determinación y
combatividad del sindicato magisterial. El secretario de
educación, el
arrogante Aragunde con su ridícula corbata de moño, se
vio obligado a hacer
acto de presencia en una sesión en el Departamento del Trabajo,
pero nuevamente
se rehusó negociar. Así están las cosas en
vísperas de la gran Marcha por la
Dignidad, del domingo 17 de febrero, que convergerá sobre La
Fortaleza para dar
una muestra contundente de la fuerza y apoyo popular con que cuenta el
sindicato
magisterial. El gobernador chupaempleos y los burgueses ávidos
de lucro, que
están dando vueltas como buitres sobre las escuelas en
anticipación de su
privatización, quieren darles una lección a los maestros.
¡Démosles a estos
nefastos saqueadores la lección que se merecen con una huelga
que nunca puedan
olvidar! Sobre todo, hay
que tener
presente la famosa frase del Manifiesto Comunista de Karl Marx
y
Friedrich Engels, de que “toda lucha de clases es una lucha
política”. Este combate
no se va a ganar buscando falsos “aliados” entre los partidos
burgueses, como
el PPD, el Partido Nuevo Progresista (PNP) – ambos colonialistas – o el
Partido
Independentista Puertorriqueño (PIP). A los capitalistas, los
imperialistas al
igual que sus socios menores puertorriqueños, les hace temblar
toda lucha
obrera de envergadura. Tampoco se puede confiar en los tribunales
burgueses, y
coloniales. Lo que el Tribunal de Apelaciones dio hoy puede ser anulado
mañana
por un tribunal federal. Todas las instituciones de la clase dominante
burguesa,
incluyendo las iglesias y los medios de comunicación masiva, van
a presionar a
los maestros para inducirles a claudicar. Para resistir y triunfar,
será
necesario el sacrificio, como dice el lema de la FMPR, pero sobre todo
la movilización
de la fuerza de la clase obrera, incluso en el terreno político.
Por eso es
hora de emprender, ya, la construcción de un partido
obrero,
revolucionario e internacionalista. Lecciones de
la huelga general de 1998: se necesita una dirección clasista y
revolucionaria Frente a la
arremetida
burguesa contra los maestros, queda claro que una huelga será
dura. Hay algunos
que sostienen que será la mayor lucha obrera de la historia de
Puerto Rico.
¿Más grande que la huelga de la caña de 1933-1934?
Esto habrá de verse luego.
Sin embargo, lo que sí se puede afirmar desde ahora, es que el
movimiento
huelguístico de los maestros, y la frenética y furiosa
arremetida del gobierno,
son el resultado directo de la extendida huelga contra la
privatización de la
telefónica (la Puerto Rico Telephone Company) en 1998 y la
huelga general de
dos días en la que desembocó – especialmente de su
derrota. En primer
lugar, la Ley 45, que fue aprobada en noviembre del mismo año,
fue la respuesta
inmediata de la burguesía colonial: ante la movilización
obrera decidieron
permitir la sindicalización de los empleados públicos,
pero bajo estricto
control del gobierno, con toda una serie de restricciones y
prohibiciones, y
sin su arma principal, el derecho a la huelga. Eso a pesar de que el
derecho
del trabajador de retirar su trabajo está “consagrado” en la
Constitución de
Puerto Rico: consagrado pero ignorado. Marcha de la FMPR: el secretario de educación Aragunde es un demagogo, no un pedagogo. (Foto: Claridad) La Ley 130, que
rige las
relaciones laborales en las corporaciones públicas, como fue el
caso de la PRTC
y es todavía hoy para la AEE (electricidad) y AAA (acueductos y
alcantarillados), es bien restrictiva. Sin embargo, la Ley 45 para los
trabajadores directos de las dependencias gubernamentales, es el
equivalente de
la Ley Taft-Hartley federal y la Ley Taylor del estado de Nueva York.
La primera
fue la piedra angular de la purga de “rojos” de los sindicatos durante
la caza
de brujas macartista al comienzo de la Guerra Fría
antisoviética. Hizo un
delito que comunistas figuraran en las direcciones de los sindicatos,
prohibió
las huelgas “secundarias” (o sea, de solidaridad) y estableció
“elecciones”
para decidir la representación sindical controladas por una
junta gubernamental
(la National Labor Relations Board) que favorece al patrono. Los
sindicatos que
no jugaron según sus reglas, tenían prohibido participar
en esas elecciones
amañadas y se enfrentaron con toda una serie de trabas. La Ley Taylor de
Nueva York
fue aprobada luego de una exitosa huelga del transporte público
de 1966, para
ilegalizar toda huelga futura. En la huelga del transporte de Nueva
York de
2005, impusieron multas millonarias al sindicato y de mil
dólares a cada
huelguista. Además, cortaron la deducción
automática de la cuota sindical por
la empresa. En Puerto Rico, la Ley 45 hace lo mismo. Bajo sus
estipulaciones,
además de cancelar la certificación de la FMPR como
representante de los
maestros ante el empleador, el gobierno se apoderó del fondo de
huelga de la
Federación, eliminó la deducción de la cuota
sindical y declaró que los jefes
del sindicato no podrían ser funcionarios durante cinco
años – ¡todo porque la
membresía votó democráticamente por autorizar una
huelga! Esta ley establece
condiciones de un estado policíaco en el ámbito laboral.
Los revolucionarios
deberían luchar por eliminar esta ley por completo, y no
sólo modificarla para
que permita las huelgas, como se está tramitando actualmente en
la legislatura
puertorriqueña con el aval de la FMPR. Los marxistas nos
oponemos a todo
control de un gobierno capitalista sobre el movimiento obrero. Claro que
denunciamos
airadamente las medidas tomadas contra la FMPR y sus dirigentes. Sin
embargo,
subrayamos que un sindicato con dirección clasista siempre se
verá expuesto a
la hostilidad del gobierno capitalista (y colonial). No se va a poder
llegar a
un arreglo de convivencia. No se puede confiar en las seudo elecciones
controladas
por el gobierno. La manera de establecer el sindicato es mediante el
uso de su
fuerza: en última instancia, la huelga. Y en todo caso,
cualquier sindicato de
verdad debería insistir en su completa independencia financiera
del patrono y
del estado. Esto haría obviamente más difícil la
recaudación de las cuotas
sindicales, lo que les molesta sobremanera a los burócratas
“chupacuotas” que
quieren sentarse en sus poltronas y recibir los fondos depositados por
el
empleador en sus cuentas bancarias. Para un sindicato que sigue una
política de
lucha de clases, en cambio, el recaudar fondos persona por persona,
establece
un contacto directo con la base y ayuda enormemente a su funcionamiento
democrático y a su combatividad. De esa manera, se puede
proteger ante la
incautación de los fondos sindicales cuando el gremio despierta
el desagrado patronal. El hecho es que
los que hoy
critican a la FMPR y actúan como cómplices del gobierno
en su contra se han
vendido, literalmente, a la clase capitalista en cambio de recibir las
migajas
de su mesa de explotación. Naturalmente, ellos temen, al igual
que el gobierno,
que una huelga magisterial de envergadura podría peligrar sus
jugosos negocios.
Por lo tanto, para ganar esta huelga hay que prepararse por una lucha
no solo
de los maestros sino dentro del movimiento obrero entero en contra de
la
burocracia sindical pro capitalista que sabotea la lucha de los
trabajadores.
Hay que pedir el apoyo en la acción, y no solamente
declaraciones de solidaridad
hueca, de todos los sindicatos en esta lucha que afectará a
todos. Y hay que
luchar a la vez al interior de los sindicatos por derribar a los
dirigentes
vendidos y forjar una nueva dirección combativa, que se
guíe por un programa de
completa independencia de los capitalistas, sus partidos y su gobierno.
Asimismo, habrá que oponerse a cualquier confianza en la
“mediación” de los
tribunales capitalistas o de alguna figura supuestamente neutra,
explicando que
la justicia burguesa favorece al patrono y que en la lucha de clases no
hay
neutrales. Contra el
frentepopulismo nacionalista, por una federación socialista
antillana Contra la
represión antihuelga, hay que prepararse para paralizar la isla
con la acción obrera. Marcha de los trabajadores electricistas
de la UTIER, noviembre de 2005.
Sobre todo, hay
que luchar en
contra de ilusiones en y ataduras con los partidos y políticos
burgueses. Esta
cuestión jugó un papel de primera importancia en la
eventual derrota de la
huelga telefónica y luego general de 1998. Con toda la
propaganda en torno a la
“huelga del pueblo”, se quiso subrayar el gran apoyo popular de que
gozó, pero
a la vez se buscó el apoyo de políticos capitalistas, en
primera instancia del
PIP, pero también de sectores del PPD reputados de ser
“autonomistas”. Desde
los años 40, los intentos de aliarse con algún sector de
los populares ha sido
un talón de Aquiles del movimiento sindical. Al mismo tiempo, en
la izquierda
socialista, la política de colaboración de clases fue
plasmada en los llamados
por la “unidad independentista”. Eso llevó a pequeños
“frentes populares”
(alianzas que atan a los trabajadores con sectores burgueses) con
formaciones
burguesas como el raquítico Partido Nacionalista o
pequeñoburguesas como el
otrora Partido Socialista Puertorriqueño de Juan Mari Bras,
ahora convertido en
Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH). Hoy no es de
sorprender que el
MINH sirve abiertamente a los patronos al denunciar vilmente a la
huelga
magisterial, pues desde
hace mucho tiempo han dejado de fingir ser un partido obrero.
¿Por qué hacen
esas reverencias a sus amos coloniales? Porque para ellos, como para
todo el
mundo, los intereses de clase son primordiales, y ellos anhelan
ser una
nueva clase dominante burguesa. En cuanto a las formaciones
como el
Frente Socialista y el Movimiento Socialista de Trabajadores (MST), que
tiene
un papel preponderante en la dirección de la FMPR, ellos desde
hace decenios
han hecho alianzas con las diversas fuerzas nacionalistas. Si
actualmente
tienen discrepancias con el MINH o el PIP, no es por diferencias
programáticas
fundamentales sino por cuestiones tácticas. Nosotros denunciamos
enérgicamente
la encarcelación de los nacionalistas por el imperialismo
yanqui, y nos sumamos
a la defensa de los independentistas arrestados, como fue el caso hace
algunos
días de Avelino González Claudio, acusado de ser
militante del grupo Macheteros. También
fustigamos el
asesinato a sangre fría por una fuerza de tarea militar
norteamericana de
Filiberto Ojeda en septiembre de 2005 como un crimen de los mismos
imperialistas
que llevan a cabo la guerra y ocupación colonial de Irak y
dejaron a morir a
100 mil pobladores, en su gran mayoría negros y pobres, en la limpieza
étnica de Nueva Orleáns luego del huracán
Katrina. Pero al mismo tiempo subrayamos
las diferencias políticas fundamentales que nos separan a los
internacionalistas
proletarios de los nacionalistas, tanto burgueses como
pequeñoburgueses.
Nosotros del Grupo Internacionalista y la Liga por la IV Internacional,
como
insistió la joven Internacional Comunista, defendemos
incondicionalmente la
independencia de Puerto Rico, la más vieja colonia
norteamericana. Queremos
asestar un golpe al imperialismo, por un lado y también revelar
ante las masas
trabajadoras el verdadero carácter de los nacionalistas
burgueses como una nueva
capa explotadora en potencia. Así que la repugnante
declaración contra la
huelga magisterial por el MINH debe servir de una lección
terminante. También
insistimos, tal como
enseña la teoría y programa de la revolución
permanente de León Trotsky, que en
esta época la única vía para lograr la
liberación nacional del yugo imperialista
es por medio de la toma de poder por parte de la clase obrera y el
inicio de
la revolución socialista internacional. Por eso insistimos
en que un
gobierno obrero y campesino en Puerto Rico no puede subsistir en
aislamiento, y
que habría que extender la revolución para abarcar todas
las islas del Caribe,
mediante una federación socialista voluntaria antillana.
Insistimos en
la necesidad de su carácter voluntario, porque las divisiones
causadas por el
dominio colonial por seis potencias europeas y americanas no han sido
aún superadas.
Pero como se vio luego de la Revolución Haitiana de 1794 a 1804,
y luego con la
ola de luchas sociales que siguió a la Revolución Cubana
en los años 60, esas
divisiones pueden superarse en el contexto de una lucha revolucionaria.
Hoy en día defendemos a Cuba en contra del bloqueo imperialista y la contrarrevolución interna a la vez que luchamos por la democracia obrera y por una revolución política proletaria para remplazar a la dirección castrista, una burocracia nacionalista estalinista, con una auténtica dirección comunista internacionalista que luche por extender la revolución a todo el continente y hasta en las entrañas del monstruo imperialista, como lo expresó en su tiempo José Martí. Subrayamos que a pesar de las traiciones de las direcciones de los sindicatos norteamericanos, es imprescindible que la lucha de los maestros puertorriqueños se libre en la más estrecha colaboración con los trabajadores norteamericanos, y por lo tanto son de especial importancia los esfuerzos por movilizar el apoyo dentro de EE.UU. Así la huelga de la FMPR puede servir como un faro para iluminar la vía de la lucha obrera internacional. La Liga por la IV Internacional ha tomado contacto con sindicatos en Estados Unidos, México, Brasil, Bolivia y otros países para internacionalizar el apoyo a nuestros compañeros y compañeras de clase en pie de lucha. Desde Rio de Janeiro, a los maestros aguerridos de Oaxaca, los trabajadores universitarios en huelga en la Ciudad de México y en Nueva York, el centro de la emigración puertorriqueña debe sonar el grito, ¡maestros puertorriqueños, estamos con ustedes! ■ Ver
también: Un
caso de colonialismo sindical: AFL-CIO y CTW vs. la FMPR (7
de febrero de 2008) Para contactar el Grupo Internacionalista y la Liga por la IV Internacional, escribe a: internationalistgroup@msn.com |