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marzo de 2000 El Mexe:
Rebelión en Hidalgo
Granaderos capturados por la población de El Mexe el 19 de febrero de 2000. Los detuvieron en la plaza municipal hasta que fueron devueltos los estudiantes presos. (Fotos: El Universal; Carlos Camacho/La Jornada) Reproducimos
a continuación un artículo que
publicamos en un suplemento de El
Internacionalista (marzo de 2000) sobre “La
huelga de la UNAM y la lucha por la
revolución obrera”. 26
DE FEBRERO de 2000 –Los espectaculares
acontecimientos de los últimos
días en Tepatepec, Hidalgo, han vertido un
balde de agua fría en el triunfalismo
represor del gobierno. Durante casi dos semanas la
prensa cortesana del régimen exaltó
la toma “quirúrgica” de la UNAM ordenada
por Zedillo. Caciques de provincia del Partido
Revolucionario Institucional querían
deshacerse, con iguales golpes de fuerza de sus
propios brotes de descontento social. Pero cuando
el gobernador priísta de Hidalgo, Miguel
Ángel Núñez Soto,
mandó detener a unos 900 estudiantes y
tomar por asalto a la Escuela Normal Rural en El
Mexe, el tiro le salió por la culata.
Frente a una invasión armada de cientos de
granaderos estatales, la población de
este municipio del valle del Mezquital se
levantó, capturó a decenas de los
represores uniformados, los desarmó y los
mantuvo presos hasta canjearlos por los
estudiantes presos. El encabezado de La
Crónica resumió de manera
elocuente la pesadilla de la burguesía:
“Rebelión popular en Hidalgo”. La
normal de El Mexe fue ocupada el 5 de enero por
sus estudiantes, quienes exigían becas para
más alumnos; la respuesta del gobierno
estatal fue el cierre de la escuela. En la
madrugada del sábado, 19 de febrero, un
operativo policíaco en Pachuca
detuvo a cientos de estudiantes y padres de
familia que mantenían un plantón
frente a la legislatura estatal para exigir la
liberación de decenas de estudiantes
de El Mexe detenidos a finales de enero. Luego,
alrededor de las 6:30 de la mañana, como si
la coincidencia en los detalles con la toma de CU
garantizara el éxito de esta nueva
incursión militar, unos 800 policías
ministeriales y de Seguridad Regional
entraron a Tepatepec para recuperar
el plantel de la escuela Luis Villarreal, donde
detuvieron a otros 170 estudiantes. A la vez,
los uniformados arremetieron contra
pobladores de la comunidad Francisco I. Madero,
golpeando indiscriminadamente a ancianos,
niños, jóvenes y mujeres. En respuesta a la violenta
irrupción de la policía, los
pobladores comenzaron a organizarse, y armados con
piedras, varillas y palos se dirigieron a la
escuela. Después de bloquear los accesos
con una hoguera, los más de 1,500
campesinos avanzaban sin dejarse detener por gases
lacrimógenos y petardos, para repeler
la agresión. Los cientos de granaderos
dejados en guardia intentaron huir,
lanzándose al canal de aguas negras o
corriendo entre los campos. Sin embargo, 68
policías no lograron escabullirse, y la
multitud enardecida los detuvo. Les quitaron los
zapatos, la parte superior del uniforme y los
trasladaron semidesnudos hasta la plaza
principal del pueblo, donde los represores
fueron sometidos a un juicio popular. En el
zafarrancho, también fueron quemadas
al menos ocho patrullas, y otras tantas quedaron
destruidas. Arden camionetas de la policía estatal de Hidalgo después de que pobladores capturaron y decomisaron de sus armas a 68 granaderos que atacaron a la Normal El Mexe. (Foto: Carlos Camacho/La Jornada) Imágenes
impactantes
de decenas de policías, con los pies
amarrados y las manos esposadas,
aparecieron en los
noticieros televisivos y en la
primera plana de todos los periódicos
del país. Fueron mantenidos en la plaza de
Tepatepec bocabajo en el suelo durante más
de 12 horas, sirviendo de rehenes mientras se
negociaba la liberación de los estudiantes
y padres presos. Mientras pasaban las horas, la
situación se ponía cada vez
más tensa. En un momento de la tarde, un
helicóptero de la PFP comenzó a
sobrevolar la plaza. La gente
comenzó de inmediato a organizarse
para resistir un ataque policíaco
masivo. A las 7 de la noche comenzaron las
negociaciones, y
se llegó al acuerdo de liberar a los
granaderos una vez que fueran devueltos los
estudiantes apresados a lo largo de la
jornada. Sin
embargo, al menos ocho dirigentes
estudiantiles siguen presos y
continúan las “averiguaciones”
judiciales contra 800 personas. ¡El Mexe no
está solo! El Grupo Internacionalista hace
un llamado a la clase obrera de todo México
a movilizar su fuerza para liberar a todos los
estudiantes y huelguistas encarcelados, tanto los
y las de la UNAM como de Hidalgo. Ya hubo paros de
estudiantes normalistas en Oaxaca y otros estados,
organizados por los maestros disidentes de la
CNTE. Hay que generalizar estas protestas en una
huelga nacional por la liberación de los
compañeros presos y contra la
privatización. Las
paredes de la Escuela Normal Rural de El
Mexe hablan. (Foto: El Universal) Las
armas de los granaderos decomisadas por la
población fueron presentadas el lunes al
mediodía, lo que refutó
contundentemente la afirmación del
gobernador de que policías “no armados”
hicieron el ataque. El gobernador
insinuó primero que las 15 armas largas
AR-15 y Galil, diez kilos de cartuchos, gases
lacrimógenos y toletes eran de los
estudiantes, pero el secretario de gobierno luego
aceptó que pertenecían a los
granaderos. La prensa derechista también ha
hecho insinuaciones de una
campaña contra la “subversión”
en El Mexe, haciendo notar que era alma mater de
Lucio Cabañas y que la dirección
estudiantil está afiliada a la
Federación de Estudiantes Campesinos
Socialistas de México. Se subrayó
que en el acto público donde se
mostró el arsenal policíaco,
padres y estudiantes cantaron el himno
socialista, La Internacional, con el puño
de mano izquierda en alto. De hecho, El Mexe ha
sido objeto de un acoso constante del
régimen, que lo considera un “nido de
rojos”; en otoño de 1995 hubo un sitio
policíaco a la escuela. Pero el blanco principal de
las andanadas del gobierno fue el Partido de la
Revolución Democrática de
Cuauhtémoc Cárdenas, acusado de
“azuzar a la población”. En realidad el
PRD, partido nacionalista burgués, ha
actuado como apagafuegos para la burguesía,
al ofrecer sus servicios para sofocar las hogueras
de rebeldía provocadas por los gobiernos
priístas. Y si es urgente, los mandatarios
perredistas envían a sus propios
granaderos. Es lo que hizo reiteradamente Rosario
Robles, jefa perredista del gobierno del Distrito
Federal, contra los estudiantes huelguistas de la
UNAM, colonos de Iztapalapa, maestros de la CNTE,
y otros. El gobernador perredista de Zacatecas,
Ricardo Monreal, también envió a los
granaderos contra estudiantes de la Escuela Normal
Rural Matías Ramos cuando éstos
intentaban presentar sus demandas al
presidente Zedillo el 13 de enero. En el caso
de El Mexe, el alcalde perredista de Tepatepec,
Martiniano González, fungió como
mediador en las negociaciones, después de
que Gobernación hizo un pedido expreso al
comité ejecutivo nacional del PRD para que
intercediera en el conflicto. En
Hidalgo y el DF, es imperiosa una
movilización de la fuerza de la clase
obrera para parar en seco la represión y la
política hambreadora que la
burguesía pretende imponer mediante el
terror. Después de la supresión
violenta de la huelga estudiantil en la UNAM, se
intentó en Hidalgo un segundo
capítulo de esta nueva andanada represiva.
El régimen de Zedillo-Labastida
también se prepara para golpear con mano
dura a los campesinos indígenas insurrectos
en Chiapas; en la ciudad zapoteca de
Juchitán, Oaxaca se informó (El
Universal, 21 de febrero) del paso de un enorme
convoy militar ferroviario, el mayor movimiento de
soldados y equipos desde el levantamiento del
Ejército Zapatista de Liberación
Nacional en 1994. Pobladores de El Mexe muestran las
armas decomisadas de los granaderos enviados
por el gobernador. (Foto:
Reforma) Algunos en la izquierda, con
tintes de romanticismo folclórico, quieren
ver en El Mexe un Fuenteovejuna, Hidalgo. Pero lo
sucedido en Tepatepec no fue cuestión de un
pueblo aislado que se rebela contra el mal
gobierno local o estatal. La población de
El Mexe resistió con valentía
impresionante un ataque que forma parte de
una ofensiva represiva nacional. Buscando asegurar
al gran capital de la estabilidad política
del país, el candidato presidencial del
PRI, Francisco Labastida, rechazó que el
conflicto en Hidalgo haría surgir el
“México bronco” de principios del siglo XX.
Pero la rebelión de El Mexe recuerda
precisamente a los conatos de rebeldía en
los años anteriores a la
Revolución Mexicana. Además de
las huelgas de trabajadores textiles en Rio
Blanco y de los mineros del cobre en Cananea, en
el México de 1900-1910 hubo estallidos
entre los indígenas yaquis y los
trabajadores esclavizados por el peonaje de la
deuda en el Yucatán. En el
México del año 2000, además
de las huelgas estudiantiles hay un amplio
descontento en el campo. Además de los
indígenas zapatistas de Chiapas, grupos
guerrilleros en Oaxaca, Guerrero y otros
estados del sur y centro, hay gran cantidad de
luchas agrarias. Trabajadores agrícolas en
el Valle de San Quintín, Baja California,
acusados de quemar una empacadora a principios de
diciembre pasado porque los dueños no les
pagaron, han sido vinculados por el Cisen con
organizaciones comunistas. Es más,
sindicatos de trabajadores universitarios de todo
el país emplazaron a huelga a finales de
enero. Hace pocos días, los obreros
automotrices de Dina en Ciudad Sahagún,
Hidalgo estallaron una huelga por mejoras
salariales. Todo esto indica un gran potencial de
lucha. Algunos estudiantes en la UNAM sostienen
que El Mexe muestra el camino a la victoria,
porque los estudiantes ahí lograron “el
apoyo del pueblo”. Pero ni un mítico
“pueblo unido” ni luchas sindicales aisladas
van a derrotar a los represores burgueses. Sin una
dirección revolucionaria, el descontento va
a ser canalizado por el frente popular
cardenista. Los sucesos de El Mexe
desenmascaran de la forma más contundente
las consignas reformistas al estilo de “el pueblo
uniformado también es explotado” que buscan
ocultar la naturaleza del brazo armado de la
burguesía. Como hemos insistido, hay que
expulsar a los policías de todos los
sindicatos (¡Auxilio UNAM fuera del
STUNAM!); en Brasil, por ejemplo, nuestros
camaradas de la Liga Quarta-Internacionalista do
Brasil lucharon contra la represión
policíaca, judicial y gangsteril para echar
de las filas del sindicato de trabajadores de la
ciudad de Volta Redonda a los guardas municipais
(policías municipales). Después de la
destrucción de la Unión
Soviética y de los estados obreros
burocráticamente deformados en toda Europa
Oriental, la burguesía internacional ha
intensificado su acoso contra los trabajadores. En
América Latina, la izquierda reformista y
frentepopulista ha estado en el suelo; en
México, la mayor parte de las
organizaciones que se reclamaban socialistas se
disolvieron en el PRD burgués. Pero la
lucha de clases ha seguido sin
interrupción. En muchos lugares del
continente ha habido rebeliones locales, como el
levantamiento de trabajadores públicos en
la pequeña ciudad de Santiago del Estero en
Argentina en 1993. Siguieron otras, pero siempre
fueron subordinadas a frentes populares con
sectores burgueses disidentes. Cuando han llegado
a mayores, con motines de hambre como el caracazo
en Venezuela, han sido presa fácil de los
populistas en uniforme, como sucedió
recientemente también en Ecuador, donde un
alzamiento indígena fue copado por
militares y dio lugar a otro gobierno
sacadólares. La
rebelión de El Mexe fue un relámpago
que muestra la posibilidad de una lucha clasista
que se extienda por todo el país, en contra
de la oleada represiva en curso. Pero en ausencia
de una dirección obrera clasista,
caerá naturalmente —y con la ayuda de
la izquierda frentepopulista—en manos del
PRD. Cuauhtémoc Cárdenas hizo clara
su posición al calificar los sucesos de El
Mexe como un gran “riesgo” … para el capitalismo
mexicano. Para que el estallido de El Mexe no
resulte un hecho aislado, y no se convierta en
botín de campañas electoreras de la
burguesía, es urgente forjar un partido
obrero revolucionario. Es necesario un
partido basado en el programa trotskista de la
revolución permanente, que luche por una
revolución obrera que se extienda
más allá de las fronteras para
englobar a los centros imperialistas. ¡Libertad
inmediata
a todos los detenidos! ¡Abajo todos los
cargos y las órdenes de aprehensión! Grupo
Internacionalista, 23
de febrero de 2000 ¡Defender las normales rurales! (noviembre de 2012) |