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febrero de 2022

¡Frustrar las provocaciones de guerra
de EE.UU. y la OTAN contra Rusia!

Internationalistische Gruppe en una protesta en Berlín, Alemania, el 18 de febrero.
(Fotos: Permanente Revolution)

La propaganda de guerra que están vomitando Washington y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) se está tornando cada vez más histérica. Cuando el gobierno norteamericano del demócrata Joe Biden dice que el presidente ruso está a punto de invadir Ucrania el mes próximo, la próxima semana, mañana o ayer, parece tener el propósito de provocar al Kremlin para que emprenda cualquier acción que pueda ser descrita como una invasión. El propósito evidente, toda vez que los ejércitos de la OTAN no intencionan enviar tropas a Ucrania, es tener un pretexto para imponer fuertes sanciones económicas contra Rusia. En particular, la Casa Blanca y el Pentágono quieren apretar los tornillos al gobierno alemán para forzarlo a cancelar el gasoducto Nord Stream 2 que suministraría gas natural desde Rusia y que está esencialmente listo para entrar en funcionamiento.

Frente al incesante batir de los tambores de guerra de los imperialistas, ha habido muy pocas protestas de la izquierda, buena parte de la cual está imbuida de la fobia antirrusa promovida por sus hermanos mayores liberales. Diversos grupos seudoizquierdistas dieron su apoyo entusiasta al golpe de estado nacionalista/fascista de Kiev en 2014 que diseñó el presidente demócrata Barack Obama, el cual derrocó al presidente electo prorruso e inició una guerra contra la población de las regiones rusoparlantes del este y el sur de Ucrania. Hoy, las secesionistas “repúblicas populares” de Dontesk y Lugansk en la región carbonífera del Donbass se encuentran bajo fuego de las mismas fuerzas fascistas y nacionalistas fascistoides que dirigieron el golpe del “Euromaidán” de 2014.

Partidarios de la Liga por la IV Internacional participaron en protestas en la Puerta de Brandemburgo en Berlín el 18 de febrero y en la terminal Grand Central de Nueva York el 19 de febrero. Los camaradas portaban pancartas con consignas como “¡Frustrar las amenazas y provocaciones de guerra de Biden y la OTAN contra Rusia!”; “¡Derrotar la campaña de guerra de EE.UU. y la OTAN! ¡Por la defensa de China en contra del imperialismo y la contrarrevolución!”; “Nacionalistas y fascistas ucranianos: ¡saquen las manos del Donbass! ¡Por la defensa del autogobierno en el sur y el este de Ucrania!”; “Sanciones económicas contra Rusia = paso hacia la Guerra Mundial. ¡Aplastar a los imperialistas EE.UU. y OTAN!”; y “EE.UU./OTAN: ¡fuera de Europa Oriental, Medio Oriente y el resto del mundo! ¡Revolución socialista internacional!”

El Internationalist Group en una protesta en el terminal Grand Central de Nueva York, el 19 de febrero.  (Foto: The Internationalist)

Las secciones nacionales de la LIVI subrayan la necesidad de oponerse a las amenazas y provocaciones de guerra de los gobernantes imperialistas en sus respectivos países. Así pues, en Alemana, una pancarta del Internationalistische Gruppe fustigó el gobierno imperialista de coalición socialdemócrata-verde, “SPD/Verdes: carniceros de Yugoslavia – ¡Fuera imperialismo alemán de Ucrania y los países bálticos! ¡Forjar un partido obrero revolucionario!” En EE.UU., el Internationalist Group proclamó: “Demócratas: carniceros de Yugoslavia (1994-98), instigadores del golpe de Kiev (2014). ¡Forjar un partido obrero revolucionario!

El frenesí de provocaciones y los tambores de guerra de Biden y Cía. son ávidamente transmitidos por los medios, con las publicaciones liberales en la delantera. Esto sirve, entre otras cosas, para satanizar aún más a los que el imperialismo norteamericano coloca en su lista de enemigos, con la ahora capitalista Rusia y China, un estado obrero burocráticamente deformado, encabezando el listado. Los imperialistas buscan condicionar y preparar a la población para la guerra, apuntando al peligro de una tercera guerra mundial. Nosotros decimos: “Washington, Wall Steet: ¡el enemigo está en casa!” Sólo la revolución socialista puede eliminar para siempre a amenaza de nuevas guerras mundiales. ■