junio de 2016
Elecciones del
5 de junio: ¡NO a los partidos burgueses!
¡Forjar un partido obrero revolucionario!
México:
La huelga magisterial en la encrucijada
¡profundizarla,
radicalizarla y extenderla para ganar!
La batalla del aeropuerto, 26 de mayo. Cientos de maestros de la combativa Sección XXII de la CNTE bloquearon el aeropuerto de Oaxaca durante diez horas, desafiando un ultimatum de la Policía Federal. Luego llegaron otros cientos de maestros que encapsularon a la PF, obligando a los federales a retirarse.
Como en 2006 y 2010, el llamado al “voto de castigo” contra el PRI-PAN-PRD y a favor del Morena sólo prepara otra derrota
2 de JUNIO – La huelga nacional del magisterio independiente, ya en su tercera semana, vive momentos decisivos. A las reiteradas peticiones de diálogo de parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, el gobierno responde con total cerrazón y con represión. La mano dura oficial va de las balas de goma, chorros de agua y nubes de gas lacrimógeno en Tuxtla Gutiérrez a los repetidos desalojos de plantones de la CNTE en la Ciudad de México, y al inédito secuestro de los mentores, expulsándolos a sus estados bajo custodia policial. Los huelguistas han respondido con marchas masivas de decenas de miles de maestros y sus aliados, con el bloqueo al aeropuerto de Oaxaca y la toma de carreteras, gasolineras y alcaldías en Chiapas. Se anticipa que la represión –dosificada hasta ahora para no desatar la ira de la población que se encuentra todavía al borde del estallido social– se intensificará luego de las elecciones del 5 de junio. Entonces los gobernantes que buscan imponer una “reforma” educativa en beneficio del capital van a ir por todo.
El gobierno del priísta Enrique Peña Nieto declara una y otra vez que no cederá ni un ápice en su reforma aniquiladora de la educación pública y de los más elementales derechos laborales del magisterio. El titular de la Secretaría de Educación Pública, el mercadotécnico Aurelio Nuño, anuncia el despido de más de 3 mil maestros en lucha. Dice tener listos a 26 mil esquiroles entre jubilados, temporales y jóvenes aspirantes a los que no han dado una plaza. Si así lo cree, le espera un duro despertar. La combatividad de las y los educadores y el fuerte apoyo de padres de familia, particularmente en Chiapas, han frustrado las intenciones de los gobiernos de desmantelar la lucha. Sin embargo, frente a la heroica voluntad de lucha del magisterio, la política dialoguera de la dirigencia ha mermado la huelga y envalentonado al estado-patrón, que sólo aceptaría la rendición total. Ahora el Comité Ejecutivo de la Sección XXII de la CNTE busca desviar la lucha hacia la política electorera burguesa.
El 29 de mayo el CES emitió un “documento orientador” para los comicios que llama al “voto de castigo” contra los partidos del Pacto por México (PRI, PAN, PRD, PVEM y PANAL) que promueven las “reformas estructurales”. También descalifica al PT, cuyo candidato a gobernador votó a favor de la contrarreforma educativa. En cambio, preconiza el voto por el Movimiento de Regeneración Nacional dirigido por Andrés Manuel López Obrador. El CES asegura que Morena “ha planteado su apoyo total al magisterio”. En realidad, Morena es un partido burgués que busca atar los trabajadores y “el pueblo” a sectores más nacionalistas de la clase dominante mexicana. Sus dirigentes son prófugos del Partido de la Revolución Democrática y muchos, como el mismo AMLO, vienen del Partido Revolucionario Institucional que gobernó el país durante siete décadas hasta el 2000 (en Oaxaca hasta el 2010). Por mucho que prometa “diálogo” con el magisterio, no bloqueará la política privatizadora, proimperialista y antiobrera que exige el capital.
El magisterio y los trabajadores oaxaqueños ya han experimentado en carne propia el engaño del “voto de castigo”. En 2006, en medio del osado levantamiento desatado por la resistencia magisterial en contra de la represión del asesino gobernador priísta Ulises Ruiz Ortiz, la Sección XXII y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca llamaron por el “voto de castigo” contra el PRI. Fue una forma velada de llamar a votar por López Obrador, en ese entonces el candidato presidencial del PRD. Y ¿qué pasó? AMLO no levantó un dedo en contra de la represión, y los legisladores estatales perredistas se sumaron al pedido del PRI de traer a la Policía Federal. En 2010, los dirigentes seccionales llamaron otra vez por el voto de castigo contra el PRI. Así resultó electo Gabino Cué Monteagudo como gobernador, quien en julio de 2015 desató la cacería de brujas en contra del magisterio oaxaqueño.
Esta política del frente popular, de encadenar el movimiento obrero a sectores burgueses, siempre lleva a la derrota.
Desde el 2013, el magisterio ha tratado con paros y movilizaciones de resistir a los planes dictados por los institutos financieros imperialistas que buscan privatizar la enseñanza pública y destripar los sindicatos docentes. Durante todo el último año, desde el boicot a las elecciones de junio de 2015, el magisterio ha librado una encarnizada lucha en contra de la ofensiva del gobierno decidido a imponer esas “reformas” a sangre y fuego. Sin embargo, la dirección carece de una estrategia que vaya más allá de la resistencia sindical dentro del capitalismo. Peca por “limitarse a una guerra de guerrillas contra los efectos del sistema existente”, como señaló Karl Marx en Salario, precio y ganancia (1865). Entonces, frente al muro de acero de un gobierno patronal que descarta toda negociación, los jefes de la CNTE no ven otra salida que entregar los combativos maestros de Oaxaca al capital. Buscando una tabla de salvación, llaman al “voto razonado” a favor de Morena. Orientan a las bases a votar por nuestros enemigos de clase, una vez más.
El Grupo Internacionalista, sección mexicana de la Liga por la IV Internacional, y el Comité de Lucha Proletaria insisten en que la única política que puede ganar esta batalla crucial, en la que el gobierno capitalista quiere aniquilar más de 35 años de lucha por el sindicalismo independiente contra el corporativismo, es la de intransigente lucha por la independencia de clase: ¡no dar ni un voto a ningún partido o político de la burguesía! Para llevar a la victoria al movimiento magisterial, se necesita una dirección clasista, que lejos de buscar aliarse con la burguesía se oriente al movimiento obrero para luchar por una verdadera huelga nacional capaz de derrotar al gobierno asesino y sus fatídicas reformas. Ante la farsa electoral, hay que forjar un partido obrero revolucionario que luche por un gobierno obrero y campesino, el inicio de la revolución socialista internacional.
La historia se repite
Los maestros celebran tras la retirada de la PF. Pero luego la dirección sindical llama a votar por un partido burgués, el Morena de AMLO. La política frentepopulista del “voto de castigo” a favor de otro partido capitalista sólo lleva a la derrota. Hay que luchar por la independencia política frenta a todos los partidos y políticos burgueses y por forjar un partido obrero revolucionario.
Hace seis años, dos días antes de que se celebraran los comicios en los que resultó electo gobernador de Oaxaca Gabino Cué Monteagudo, la Asamblea Estatal de la Sección XXII de la CNTE declaró al magisterio “vigilante electoral” mediante brigadas en las regiones. A los trabajadores de la educación, que habían sostenido un plantón por más de un mes en el Zócalo oaxaqueño, se les mandó de regreso a sus comunidades para emitir un voto de castigo a los partidos “que han reprimido al pueblo” (El Imparcial de Oaxaca, 3 de julio de 2010). Azael Santiago Chepi, entonces líder seccional, indicó que el magisterio vigilaría el proceso, e incluso amenazó con una “insurrección popular” en caso de fraude electoral. “Las bases y el pueblo saben a quién darán su voto” se dijo. Ahora de nueva cuenta, como si la historia desde 2006 a la fecha no enseñara nada, orientan el voto a favor del Morena, “el partido que se ha comprometido verdaderamente con el magisterio y el pueblo”. ¿De verdad?
El 21 de marzo pasado, López Obrador se comprometió a “regresar” la rectoría de la educación al sindicato y poner fin a la persecución contra el magisterio disidente si su delfín Salomón Jara gana la gubernatura. Sólo que un día después la dirigencia priísta de la Sección XXII desconoció públicamente el acuerdo alcanzado entre AMLO y el profesor Rogelio Vargas Garfias (miembro de la comisión política de la UTE-FPR), Santiago Chepi, el exdiputado Flavio Sosa Villavicencio y el exsenador del PRD Armando Contreras Castillo. Este último, el actual coordinador del Morena en Oaxaca, era secretario de asuntos indígenas durante el gobierno del asesino Ulises Ruiz (Proceso, 21 de marzo de 2016). Por su parte, Salomón Jara era secretario de pesca en el gobierno de Gabino Cué. Ahora se desorienta a las bases al asegurar que esta banda de ex priístas y perredistas, quienes en el pasado formaban parte de los equipos de los peores represores de docentes, “se ha comprometido verdaderamente con el magisterio y el pueblo”.
Por su carácter político burgués, López Obrador y su Morena estarán obligados a imponer la política de “austeridad” y privatizaciones, y a regimentar la educación pública en beneficio del gran capital. Morena actualmente gobierna cinco de las 16 delegaciones del D.F. Ahí ha impuesto recortes y despidos que ocasionaron airadas protestas de los trabajadores del SUTGDF en la marcha del Primero de Mayo. Aún si el Morena “devolviera” el IEEPO a la Sección XXII, eso sería para hacer cómplice a la CNTE en la implementación de la contrarreforma antieducativa.
Una vez más, la nefasta política del frente popular pretende ahogar la lucha del magisterio. La tragedia sería aún mayor por realizarse en el momento en que la burguesía se alista para hacer caer “todo el rigor de la ley” contra el magisterio, lo que hace más urgente que nunca profundizar, radicalizar y extender la huelga. La política de presión sobre la burguesía está condenada al fracaso. La guerra contra el magisterio es una guerra capitalista, y para derrotarla se precisa una guerra de clase.
El Comité de Lucha Proletaria y el Grupo Internacionalista, que lo auspicia, han señalado desde mucho antes de que para ganar era necesario dejar de rogar a la burguesía y, en cambio, emprender el camino de la lucha de clases. Hay que desencadenar una verdadera huelga nacional que llegue a los sectores claves del proletariado, que producen las ganancias de la clase capitalista.
Si sólo paran los maestros, el gobierno se jacta que está ahorrando dinero. Pero si los mentores emprenden la acción conjunta con los petroleros para tomar pozos y refinerías, la de Salina Cruz, por ejemplo, que abastece a todos los estados del Pacífico; si llega a los trabajadores del Metro del D.F., a los telefonistas de Telmex, a los combativos acereros del puerto de Lázaro Cárdenas, a los trabajadores de Volkswagen, Nissan, Honda, Ford, GM, etc.; si se extiende a los mineros de Cananea, a los jornaleros agrícolas de San Quintín, a las trabajadoras de las maquiladoras de la frontera norte, en fin, al poderoso proletariado industrial mexicano y más allá de las fronteras, entonces sí podemos ganar.
Ayer, los maestros descubrieron elementos policíacos infiltrados en uno de los bloqueos y los retuvieron durante varias horas. Una periodista burguesa (Quadratín Oaxaca) escribió en tono molesto: “El día transcurre, caluroso, implacable, como la ley magisterial que impone castigos y tormentos.” En realidad, los castigos y tormentos los impone el estado capitalista que ha desatado una guerra resultando en el asesinato de más de 200 mil personas en la última década, que es responsable de la desaparición y matanza de los 43 normalistas de Ayotzinapa. En cambio, la implacable “ley magisterial” puede iniciar la lucha que finalmente libere a “los de abajo,” los explotados y oprimidos, de la larga pesadilla del dominio burgués.
A las compañeras y los compañeros que quieren construir una dirección auténticamente clasista para ganar la huelga, que ven la necesidad de romper con todos los partidos y políticos burgueses, les instamos a unirse al Comité de Lucha Proletaria y al Grupo Internacionalista para luchar por forjar un partido obrero revolucionario que luche por la revolución socialista internacional. ■