octubre de 2014
Protestas se extienden por todo México
Indignación masiva por
la masacre de Guerrero
¡Por una huelga nacional contra el gobierno asesino!
Piquete en Nueva York y en 15 países
Unos 25 mil manifestantes participaron en una marcha al Zócalo de la Ciudad de México el 8 de octubre en protesta por la matanza de Iguala. Exigieron el regreso con vida de los estudiantes normalistas desaparecidos.
NUEVA YORK, 12 de octubre – Durante la última semana ha habido un torrente de indignación en México y en todo el mundo por el asesinato policíaco de seis personas en Iguala, Guerrero, tres de ellos estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, y la desaparición (y posible ejecución) de 43 normalistas. La horripilante noticia del descubrimiento de fosas con los restos de 28 personas en las cercanías de Iguala desencadenó una explosión d furia contra el gobierno asesino. Padres de los estudiantes secuestrados convocaron a una movilización nacional para el miércoles, 8 de octubre para exigir que sus hijos sean presentados: “vivos se los llevaron, ¡vivos los queremos!” La respuesta fue masiva.
Según reportes de los medios, hubo protestas en al menos 63 ciudades en 27 estados de México, desde Tijuana en noroeste, hasta Cancún en el sureste, donde rara vez hay manifestaciones. En Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, unas 50 mil personas se manifestaron en una gigantesca procesión, encabezada por parientes y vecinos de los estudiantes, así como por sus compañeros normalistas de Ayotzinapa, que se extendía a lo largo de 5 kilómetros. Las pancartas y mantas exigían la destitución del gobernador del estado y el encarcelamiento del alcalde prófugo de Iguala, ambos miembros del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Trabajadores de la Universidad Autónoma de Guerrero portaban los nombres de una decena de activistas estudiantiles que fueron “desaparecidos” en 1976.
A lo largo y ancho del estado de Guerrero, los combativos maestros sindicalistas de la CETEG, parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), pararon labores en sus escuelas. Cientos de personas, encabezadas por estudiantes y maestros, se manifestaron en el puerto de Acapulco, en tanto que 3 mil lo hicieron en Tlapa, en la región de la Montaña. En la Costa Chica, donde hubo protestas previas, padres de los estudiantes secuestraron informaron que habían recibido amenazas telefónicas para que no marcharan. En el Distrito Federal, unas 25 mil personas participaron en una marcha que llegó al Zócalo de la Ciudad de México.
Fue en Oaxaca donde la movilización fue la más poderosa. Noticias (9 de octubre) informa que la Sección 22 de la CNTE “paralizó el estado”. Esta no es una exageración. Además de cerrar sus escuelas y parar las clases para 1,3 millones de estudiantes a nivel estatal, los maestros bloquearon centros comerciales y el acceso al aeropuerto de Oaxaca, cerraron la autopista Oaxaca-México, bloquearon el puente que conecta con Veracruz, cerraron una embotelladora en Tuxtepec, bloquearon las oficinas de la Procuraduría General del estado y un depósito de combustible de Pemex, lo mismo que la refinería de Pemex en Salina Cruz.
Como en 2006, cuando los trabajadores de Oaxaca se levantaron, todo esto apunta a la necesidad de una huelga nacional contra el gobierno asesino.
El Grupo Internacionalista publicó un volante con el título “Masacre en Iguala exige movilización y revolución obrera”. Alrededor de mil ejemplares fueron distribuidos en la Ciudad de México, 500 en Oaxaca, 300 en Guadalajara, en tanto que en Tijuana, una protesta convocada por el GI reunió unos 50 manifestantes. Pancartas y mantas hacían llamados a favor de una huelga nacional en el sector educativo, por la autodefensa obrera y declaraban que “La revolución socialista vengará a los estudiantes de Ayotzinapa”. En la Ciudad de México, un portavoz del Grupo Internacionalista fue el último orador en el Zócalo, donde informó sobre la manifestación de solidaridad en Nueva York y lanzó la consigna “¡Luchar, vencer, obreros al poder!” que fue coreada por miles en la plaza.
En Nueva York, el Grupo Internacionalista, junto con los Clubes Internacionalistas de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) y el Class Struggle Education Workers organizaron un bullicioso piquete de protesta ante el consulado mexicano para denunciar la masacre, en solidaridad con la protesta del 8 de octubre en México, tal como se hizo también tres días antes. La protesta de emergencia del domingo, 5 octubre reunió a varias decenas de enfurecidos activistas a pocas horas de conocer la noticia del descubrimiento de las fosas. Los manifestantes gritaron “Normalistas mexicanos, estamos con ustedes”, “De Ayotzinapa a Ferguson, una sola lucha” y “Militarización en México, made in U.S.A.”. Fotografías de la protesta en Nueva York aparecieron en primera plana en la prensa guerrerense.
El piquete del 8 de octubre ante el consulado fue ruidoso, animado y considerablemente mayor, al reunir a más de 100 participantes, la mayor parte de los cuales se quedaron hasta el final, dos horas después. Decenas de inmigrantes mexicanos acudieron, incluidos algunos provenientes del estado de Guerrero, quienes han estado en contacto con parientes de los estudiantes de Ayotzinapa. NY Zapatistas y YoSoy132 Nueva York llevaban una marioneta gigante con la efigie de la muerte con una calavera envuelta en una mortaja negra con un cartel que la identificaba como el “narcogobierno”. Varias organizaciones de izquierda participaron en el evento, incluyendo al Revolutionary Student Coordinating Comittee, el Freedom Socialist Party (con una pancarta exigiendo la liberación de Nestora Salgado), la Internationalist Socialist Organization, la Spartacist League y la Batay Ouvriye Support Network. Representantes de cada uno de los grupos se dirigieron a los manifestantes.
Frente al consulado, los manifestantes gritaron con furia, “¡México, gobierno asesino!”. Otra consigna coreada con entusiasmo fue, “¡PRI, PAN, PRD, sanguinarios partidos de la burguesía!” Hoy, el gobierno intenta cargar la culpa de la masacre en narcotraficantes de Iguala. Pero mientras que el PRD administra un gobierno de la muerte en Guerreo, el presidente Enrique Peña Nieto del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su predecesor Felipe Calderón del derechista Partido Acción Nacional (PAN) han llevado a cabo una “guerra contra las drogas” y una “guerra contra el terrorismo” que ha convertido a México en un enorme campo de muerte y cementerio, con el asesinato de unas 100 mil personas desde 2006.
Al final, hubo un mitin que contó con 16 oradores, incluidos
miembros de los sindicatos de la educación de Nueva York, el
Professional Staff Congress (de CUNY) y de la United
Federation of Teachers, así como de grupos de oposición en sus
filas (el Movement of Rank and File Educators y el Class
Struggle Education Workers), que enfatizaron que detrás de los
asesinatos de Iguala hay una ofensiva internacional en contra
de la educación pública que estudiantes, maestros y padres
están enfrentando también en EE.UU. Un trabajador inmigrante
partidario del Grupo Internacionalista recordó cómo hace unos
días vimos a la policía de Brooklyn tirar al suelo a una mujer
embarazada para intimidar a la población:
“En la época de los reyes, a todo los que osaron levantarse contra el estado, los descuartizaron y los pusieron como ejemplo. Ahora en México hacen lo mismo. A un estudiante lo desollaron y lo pusieron de ejemplo, para que no nos levantemos en lucha. Y esa lucha la vemos aquí también contra los ataques contra las mujeres, los negros.
“Nosotros somos los que producimos, de nosotros salen todas las ganancias de esos parásitos. Todo esto que ustedes ven es producido por nosotros, los trabajadores. Nosotros movemos la ciudad y nosotros paramos la ciudad. Eso lo vimos en la huelga de la MTA [transporte público]. Necesitamos mover estos ejércitos de proletarios para derrotar a esta burguesía asesina y corrupta. Viva la revolución socialista! ¡Luchar, vencer, obreros al poder!”
Un portavoz del Grupo Internacionalista enfatizó que no es suficiente llamar por destituir a un alcalde, a un gobernador, o incluso al presiente mexicano Enrique Peña Nieto, como muchos en las protestas han exigido:
“No es cuestión de un mandatario, no es cuestión de un partido, aunque nosotros insistimos que el PRI, el PAN, el PRD son todos partidos capitalistas con manos ensangrentadas. Todo esto es el producto del sistema, no del “neoliberalismo” sino del capitalismo, y no de la ‘globalización’ sino del imperialismo. Esta militarización, cuyos frutos estamos viendo en Iguala, es ‘made in U.S.A.’ Está hecho en Wall Street, está hecho en Washington.
“Porque los gobiernos de los partidos republicano y demócrata consideran a México, como los otros países de América Latina como su patio trasero. El secretario de estado John Kerrey lo dijo textualmente. Pero somos todos de la misma casa. Hay 15 millones de trabajadores indocumentados en este país, y exigimos los plenos derechos de ciudadanía para todos los que estamos aquí”.
El orador del GI terminó diciendo que ”estamos luchando aquí y ahora, en México y alrededor del mundo para forjar partidos revolucionarios con el programa de revolución obrera en todo el mundo”. Citando el programa de la revolución permanente de León Trotsky de que en “esta época imperialista es imposible conseguir siquiera los derechos democráticos sin que la clase obrera tome el poder”, concluyó:
“México ha vivido tres revoluciones democráticas, y a pesar de ello los campesinos, los indígenas, los negros que también viven en Guerrero, todos son oprimidos como lo son todos los trabajadores. La próxima revolución no será campesina, no será una nueva edición del zapatismo, la próxima revolución mexicana será obrera, o no será.”
La protesta concluyó con la consigna de “Asiáticos, latinos, negros y blancos, proletarios del mundo, ¡uníos!” ■