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septiembre de 2016

¡Ni un paso atrás! Exigimos: ¡Abrogación
total de la “reforma educativa” capitalista!


Educación a punta de fusil: el titular de educación pública, Aurelio Nuño (centro) con el secretario de guerra, el general Salvador Cienfuegos (derecha), pasan revista a la tropa en el campo militar 37-C, Edomex, el 23 de agosto.  (Foto: Francisco Olvera/La Jornada)

¡Romper con todos los partidos burgueses, PRI, PAN, PRD, Morena
y los demás! ¡Forjar un partido obrero revolucionario!

1º de septiembre – La huelga magisterial emprendida por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en los estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán cumple hoy 110 días de duración. Los gobiernos federal y estatales esperaban que los docentes levantaran la huelga el 22 de agosto al inicio del nuevo ciclo escolar. Se equivocaron.

Aún después de que la matanza del 19 de junio en Nochixtlán desatara un remolino de protestas furibundas, el verdugo en jefe de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció que desalojará nuevos bloqueos con la Policía Federal. Mientras el asesino presidente Enrique Peña Nieto, “El Plagiador”, conduce un diálogo –vergonzante hasta para la burguesía mexicana– con el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, el racista magnate Donald Trump, sobre quién pagará por un muro fronterizo, miles de federales arriban por tierra y por aire a Chiapas para “dialogar” con los maestros a sangre, tolete y fuego.

Luego de más de tres meses de paro y de años de enfrentamientos con la “fuerza pública”, los aguerridos maestros no se dejan intimidar por el amago de imponer la vuelta a clases a punta de fusil. La realidad es que la firmeza y combatividad de las y los docentes de la CNTE ha puesto a este gobierno criminal en apuros. Después de Nochixtlán y la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, otra masacre podría hacer estallar una explosión de rabia entre la población trabajadora de México. Las consecuencias podrían ser catastróficas para el gobierno, e incluso personalmente para los asesinos jefes.

Los que hoy predican “moderar” la lucha y ceder ante el nuevo ultimátum preparan la derrota. El desenlace sería el despido de miles de maestros y un grave atentado contra la educación pública, en particular en las colonias pobres y las zonas indígenas. Los padres de familia lo saben bien y por eso han apoyado decididamente al magisterio en lucha. Pero no se va a derrotar al gobierno simplemente manteniendo el paro. Pedir “diálogo” con este gobierno criminal, como insistentemente hace la dirección de la CNTE, tampoco dará resultado. La verdadera política del gobierno consiste en intentar desgastar el movimiento, ya sea mediante la represión, o mediante pláticas que no llevan a nada: es decir, es la política de macanazos y mentiras.

Obedeciendo los dictados de los institutos financieros imperialistas, los sumisos gobernantes del México semicolonial intentan imponer a como dé lugar una “reforma” privatizadora de la educación pública. Ningún argumento de educadores, pedagogos o padres de familia les va a convencer de cambiar el rumbo. El estado capitalista defiende los intereses de su clase, y es la burguesía entera la que promueve esta nefasta contrarreforma. Para impedirla, hay que movilizar una fuerza mayor. Esa fuerza es la del poderoso proletariado mexicano, capaz de parar en seco las ruedas de la economía, en alianza con los maestros y los trabajadores del mundo entero.

El presidente priísta Peña Nieto se perfila como un nuevo Porfirio Díaz, rodeado por sus altaneros ministros “científicos” como el Porky, Aurelio Nuño, el experto en mercadotécnica electoral que dirige la SEP. Responde a las cámaras empresariales y consorcios como Televisa, que orquestó su elección como presidente, mientras que sus ejecutivos –como Claudio X. González– dirigen Mexicanos Primero, el lobby detrás de la “reforma” educativa. El priato del siglo XXI responde a las protestas de la misma manera en que lo hizo el Porfiriato del siglo XX, enviando los federales y rurales para sofocar todo brote de rebeldía. Pero todos sabemos la suerte que corrió el inspirador de EPN.


La prensa burguesa comparó la CNTE con un “huracán categoria 5”. Demostró su capacidad de movilización y la enorme valentía de las y los docentes frente a la represión asesina. Pero hace falta una dirección clasista para extender la huelga a los sectores clave del proletariado mexicano y así entablar una batalla contra el sistema capitalista. Aquí los maestros bloquean la autopista entre Oaxaca y la Cd. de México a mediados de agosto. 
(Foto: Noticias)

La huelga de la CNTE es la mayor lucha de los trabajadores mexicanos en décadas y la primera que podría derrotar tres décadas de políticas privatizadoras, libremercadistas, de corte “neoliberal”. Pero no lo puede hacer con los métodos tradicionales y una estrategia estrechamente sectorial. La contrarreforma educativa es parte integral de un ataque patronal contra todos los trabajadores del país. Un triunfo del gobierno sobre el magisterio traería consigo nuevos ataques contra otros sectores de la clase obrera y los oprimidos. Algunos de estos ataques ya están en curso: despidos masivos en Pemex y Comisión Federal de Electricidad, y la privatización de servicios de salud en todo el país que se esconde tras el slogan mentiroso de la “universalización”.

Estamos en un momento crítico de la huelga magisterial que durante meses ha convulsionado el país. Atañe a todos los trabajadores movilizarse en defensa del magisterio insurgente. Docentes y estudiantes de toda la república deben adherirse a la huelga de la CNTE para derrotar el esquirolaje del corporativista SNTE, la policía laboral del estado capitalista para impedir un auténtico sindicalismo independiente. Para triunfar en esta lucha es indispensable estallar una huelga obrera nacional que ponga de rodillas al gobierno asesino de Peña Nieto. Contra la claudicación y el simulacro de diálogo, hay que extender la huelga a los batallones pesados de la clase obrera, lo que requiere forjar una dirección clasista capaz de librar una lucha revolucionaria contra el capitalismo.

La trampa del “diálogo” con los asesinos

Después de la matanza en Nochixtlán, el gobierno accedió a establecer “mesas de diálogo” con la CNTE bajo el auspicio de la Secretaría de Gobernación. Hoy el gobierno ha cancelado el “diálogo” y condiciona su vuelta a las mesas a que los docentes se rindan y terminen la huelga. Sin embargo, las pláticas que ya ha habido prueban nuevamente que con los asesinos no se puede solucionar nada. ¿De qué se puede conversar con el gendarme Nuño? No se trata de una discusión pedagógica. La cuestión es política y de clase: el gobierno capitalista declara desde julio del año pasado que va por “retomar la rectoría” de la educación.

El gobierno no ha cedido en nada. A pesar de que se ha conseguido la liberación a cuentagotas de maestros presos de la Sección XXII en Oaxaca, la verdad es que los cargos en su contra no han sido retirados, de modo que podrían volver a ser detenidos en cualquier momento. Modificaciones cosméticas no cambiarán en nada la esencia de la que es, en realidad, una “reforma” laboral que se propone allanar el camino hacia la privatización de la educación pública mediante la destrucción de la CNTE y otros sindicatos independientes del control corporativista del estado.

Las y los militantes de la CNTE tienen que mantenerse firmes. ¡Ni un paso atrás! Insistimos, como ha sido la bandera de lucha desde el comienzo, en la abrogación total de la reforma educativa del capital. La meta no es sólo echar a Nuño de la SEP y a los actuales titulares de las secretarías de educación de los estados, o “retomar” el IEEPO (Instituto Estatal de la Educación Pública de Oaxaca). Los defensores de la educación pública debemos luchar no solamente contra la privatización sino también por eliminar todo control de la educación pública por parte del estado capitalista. Las escuelas deben ser gobernadas por los profesores, estudiantes, padres de familia y los trabajadores.

La arremetida contra la educación es producto del capitalismo en plena decadencia. En medio de una crisis mundial que ya ha durado ocho años y para la que no hay salida a la vista, las burguesías imperialistas y sus institutos financieros predican la eliminación de lo que queda de derechos democráticos para los explotados y oprimidos para aminorar los costos y elevar la tasa de explotación. La educación y la salud se cuentan entre los derechos democráticos en proceso de privatización. Por ello, hasta la más elemental defensa del acceso de explotados y oprimidos a estos derechos, exige una lucha sin cuartel por su extensión. Esto sólo será posible si la clase obrera toma el poder a la cabeza de todos los oprimidos. En efecto, para luchar por la educación gratuita, laica y de calidad para todos, es indispensable luchar por la revolución socialista.

¡No claudicar! ¡Extender la huelga!


Concentración de maestros y maestras de la Sección XXII en el Zócalo de Oaxaca, el 21 de agosto. (Foto: Noticias)

Parte de la presión para implorar “diálogo” al gobierno proviene de los supuestos “aliados” burgueses de la CNTE, especialmente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y de su caudillo en jefe, Andrés Manuel López Obrador. En las elecciones del 5 de junio, la dirección de la Sección XXII en Oaxaca llamó a votar por el Morena, por favorecer el “diálogo” con el magisterio. Nosotros del Grupo Internacionalista y del Comité de Lucha Proletaria nos opusimos a votar por todo partido o político burgués por ser todos enemigos de clase de los trabajadores, y por ende defensores de la mal llamada “reforma educativa”. Eso dio lugar a vivas discusiones en nuestros círculos de estudio en los plantones.

Ahora tenemos una prueba más de que teníamos razón, y además proviene de la voz misma de AMLO. En una entrevista radiofónica con el periodista Ciro Gómez Leyva, López Obrador “puntualizó que respeta ‘el punto de vista de los maestros’ de la CNTE, pero que él no considera que se deba derogar la reforma educativa, sino revisarse” (El Universal, 14 de julio). Y agregó: “Una derogación sería la claudicación del gobierno… y eso no nos conviene a nadie… Nosotros no queremos construir el nuevo México a partir de escombros, tiene que haber autoridad y tenemos que llegar a 2018 con estabilidad, con paz social… si se le vence por completo a Peña Nieto, pues no va a haber estabilidad, no va a haber gobierno”.

¿Aceptar una contrarreforma educativa maquillada para hacer valer la autoridad del presidente? El punto de vista de López Obrador es el de un político burgués que, aunque intente hacerse pasar como “amigo” del magisterio, defiende en último término los intereses de la clase capitalista a que pertenece. Lo mismo puede decirse del PRD, que también finge estar de lado de los maestros, cuando en realidad firmó el Pacto por México con Peña Nieto sobre la base de la aprobación de la contrarreforma educativa. Así, Miguel Ángel Mancera, jefe perredista de gobierno de la Ciudad de México, elogió la semana pasada al charro en jefe del SNTE, Juan Díaz de la Torre, por esquirolear contra la huelga magisterial.

Esto subraya la necesidad de pelear con plena independencia con respecto a los partidos y políticos capitalistas, no sólo los nefastos PRI, PAN y PRD, sino también sus comparsas de Morena. La política de la colaboración de clases sólo puede desembocar en derrotas (con frecuencia sangrientas) de la clase obrera y los oprimidos. Prueba de eso es la más reciente  baladronada de los estalinistas del Frente Popular Revolucionario y de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), ligados al reformista Partido Comunista de México (marxista-leninista) que conserva cierta influencia entre el magisterio oaxaqueño.

Fueron la UTE y el FPR quienes más insistientemente presionaron para que la Sección XXII llamara a votar por Morena en las elecciones del 5 de junio. Ahora, como fue el caso también hace un año, está promoviendo la claudicación. La semana pasada, en una entrevista concedida a Adiario (24 de agosto) Rogelio Vargas Garfias, su portavoz y fundador, declaró: “Iniciaremos clases porque nos preocupa la educación de nuestros alumnos, no porque el gobierno nos lo haya mandatado”.

Esta declaración, que fue ampliamente difundida por los noticieros y la prensa vendida derechista, fue una puñalada por la espalda a los mentores en huelga. Una reunión urgente de la dirección de la Sección XXII lo desmintió airadamente. Tras más de tres meses de huelga, la presión ejercida por los descuentos salariales y las amenazas de despidos y represión es real. Esto, sin embargo, no es una justificación para claudicar. Por el contrario, como hemos llamado una y otra vez, hace más urgente profundizar, radicalizar y extender la huelga para ganar.

Para combatir a los esquiroles de la espuria “Sección 59” del SNTE charro y verdaderamente impedir su avance, es preciso cerrar las escuelas bajo su control con piquetes de maestros, padres de familia y trabajadores de otros gremios. Luchar por la extensión de la huelga al resto del sector educativo nacional y al movimiento obrero no es una quimera. Eso lo muestra la extensión de movilizaciones contra la contrarreforma educativa a estados en los que hace lustros los maestros no se enfrentaban a los designios gubernamentales, abarcando no solamente Tabasco y Veracruz sino también Nuevo León (baluarte de los seudosindicatos blancos y corporativistas), Sonora, Zacatecas y Puebla, entre otros.

En Oaxaca y Chiapas los padres de familia, sobre todo de los pueblos indígenas, han jugado un papel clave en el apoyo a la huelga magisterial. Ahora el gobierno cuenta con que los padres de familia ejerzan una presión cada vez mayor contra el magisterio por no poder ocuparse de sus hijos en el horario escolar. Para evitar esta perspectiva, es necesario que los estudiantes y los padres de familia se sumen masivamente a las acciones del magisterio. Pero, ¿cómo?


El apoyo de los padres de familia ha sido clave en la huelga magisterial. Aquí se enfrentan con la policía en la Ciudad de México, el 5 de julio. (Foto: Fernando Ramírez/El Universal)

En las marchas se corea la consigna de que “el maestro luchando también está enseñando”. Concretemos esta perspectiva: en puntos neurálgicos, los profesores pueden organizar concentraciones masivas durante todo el día en las que, además de bloqueos y ollas populares, se eduque a estudiantes y padres de familia en la lucha de clases. Coloquemos pizarrones frente al IEEPO para enseñar el funcionamiento de las instituciones capitalistas. Los profesores podrían mostrar como Peña Nieto plagió su “reforma”, palabra por palabra, de informes de la OCDE. Testigos presenciales podrían ilustrar la naturaleza del estado capitalista y el papel asesino de la policía como brazo armado de los capitalistas en Nochixtlán y Hacienda Blanca.

Y saquemos las lecciones de las matanzas desde la de Tlatelolco en 1968, Chenalhó en 1997, la terrible noche de Iguala en 2014 y de las más de 200 mil personas asesinadas en la nefasta “guerra contra las drogas” de 2006 hasta hoy: no se trata de un gobierno particular, sino de la naturaleza del estado capitalista mexicano. Luego tomemos las medidas correspondientes: en los “Acuerdos, tareas, pronunciamientos y plan de acción” aprobados en la Asamblea Estatal Mixta Permanente de la Sección XXII del día 22 de agosto, la tarea número 2 es, “Que se realicen brigadas de autodefensa en cada uno de los sectores o regiones.” Hay que implementar esto a la letra para que cuando los gendarmes y policías vuelvan a la carga se enfrentan con una contundente resistencia organizada.

Ahora es el momento clave de extender la huelga. Delegaciones oficiales de maestros en huelga deben asistir a centros de trabajo de diversos gremios llamándoles explícitamente a parar labores. Que en las plantas de la Comisión Federal de Electricidad se inste a los trabajadores a prepararse para bajar el switch. En Chiapas se debe hablar con los trabajadores de la hidroeléctrica de Chicoasén. En Oaxaca con los de la hidroeléctrica de Temescal. Aquí y allá debe haber contactos con los telefonistas, lo mismo que con los trabajadores del sector salud. En Oaxaca, debido al trabajo del GI y del CLP durante más de un año agitando por la solidaridad con la Sección XXII, los trabajadores de salud ya han realizado paros en solidaridad con el magisterio de hasta 72 horas, esto a pesar de las direcciones abiertamente charras del gremio.

En la Ciudad de México, la Universidad Nacional debe parar ¡ya! El STUNAM ha emplazado a huelga a Rectoría, como ritualmente hace cada año. También ha declarado su solidaridad con la lucha de la CNTE. Junto con los estudiantes ¡esta es la oportunidad de hacer concreta esa solidaridad! ¡La mejor forma en que los trabajadores de la UNAM podrán luchar para revertir los detrimentos en sus condiciones de trabajo y en sus sueldos será sumándose a la huelga magisterial!

Desde el principio de la huelga, el Grupo Internacionalista no sólo ha hecho el llamado a extender la huelga, sino que ha puesto manos a la obra, organizando en la Ciudad de México y Oaxaca numerosas brigadas de maestros para hacer agitación entre los trabajadores de otros sectores (telefonistas, electricistas, salud, universitarios) a que se sumen a la lucha magisterial, que es también la suya. Muchos trabajadores intuyen los ataques que se ciernen en su contra y expresan su deseo de solidarizarse con los maestros. Pero hay que derrotar las direcciones pro capitalistas, y romper el grillete de los gremios corporativistas para hacer efectivo dicho deseo.

En la lucha por movilizar a otros gremios en su apoyo, los maestros insurgentes pueden jugar un papel clave en la forja, al fragor de la lucha de clases, del necesario instrumento para conducir esta lucha a la victoria: un partido obrero revolucionario como el Partido Bolchevique de Lenin y Trotsky. Sólo un partido basado en el programa de la revolución permanente, que explica que en nuestra época en países semicoloniales como México hasta la resolución de tareas democráticas –como es conquistar y defender el derecho a la salud y la educación gratuitas y de alta calidad para todos– requiere de una revolución obrera. Sólo un partido tal será capaz de dirigir a la clase obrera hacia la toma del poder para instalar un gobierno obrero y campesino basado en consejos de los trabajadores, que extienda la revolución socialista al resto del hemisferio . . . y más allá.

¡Por una verdadera huelga nacional para aplastar la contrarreforma educativa!

¡Romper con todos los partidos y políticos burgueses!

¡Forjar un partido obrero revolucionario!