febrero de 2023
AMLO prosigue la ofensiva capitalista
del PRI y PAN contra la educación pública
SUTIEMS bajo la mira de Morena
Policía capitalina reprime a trabajadores del SUTIEMS en el centro de la Ciudad de México, 27 de enero.
Publicamos a continuación un volante del Grupo Internacionalista, sección mexicana de la Liga por la IV Internacional, con el que nuestros camaradas intervinieron en la reciente huelga del Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior (IEMS), el sistema de escuelas de bachillerato de la Ciudad de México. La huelga del SUTIEMS fue levantada el 25 de febrero, nueve días después de haber iniciado. El sindicato logró echar atrás la figura de “Académico de Tiempo Completo” que la patronal pretendía imponer y que implicaba la contratación individual de profesores por fuera del contrato colectivo. Sin embargo, sólo se consiguió la contratación de 18 profesores, a pesar de que harían falta muchísimos más para atender las necesidades actuales de los estudiantes.
Muchos de los afiliados al SUTIEMS han visto este resultado, con razón, como una rendija que la patronal utilizará para contratar profesores “de asignatura”, con sueldos precarizados y exiguos derechos laborales. Apenas regresando al trabajo, el IEMS anunció el despido de siete profesores de lengua y cultura náhuatl, lo que además de representar un obvio ataque racista, tiene claros dejos antieducativos y rompesindicatos. No se puede defender a los trabajadores y sus derechos, y el derecho a la educación pública de alta calidad, con las taimadas estrategias del mero sindicalismo gremialista que presiona a la patronal para conseguir migajas. Hace falta una verdadera lucha clasista, que movilice amplios sectores del proletariado – en particular aquellos con mayor peso económico y social en el marco capitalista – rumbo a una lucha obrera por el poder.
La huelga del SUTIEMS revistió particular importancia por combatir al gobierno-patrón del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en la Ciudad de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, la favorita de Andrés Manuel López Obrador para sucederlo en la presidencia de la república. En un ambiente en el que los “sindicatos” corporativistas –es decir, los gremios integrados orgánicamente al aparato estatal, que cumplen más bien el papel de policías laborales para impedir la lucha obrera– regimentan a los trabajadores en favor de AMLO y las direcciones de los sindicatos “independientes” siguen sembrando ilusiones en Morena y su proyecto populista burgués de la “Cuarta Transformación”, los trabajadores del SUTIEMS no se arredraron. Pero al carecer de una política para romper el aislamiento en el que se encontraron, su dirección capituló ante el gobierno tras conseguir apenas una porción de sus demandas.
El Grupo Internacionalista participó activamente en la lucha del SUTIEMS desde que empezó a gestarse en el otoño del año pasado. Con el inicio de la huelga, las y los camaradas se integraron a las guardias con trabajadores del SUTIEMS, con la perspectiva de movilizar a los estudiantes del IEMS y a sus padres, de formar brigadas que conectaran a los huelguistas con los trabajadores de la educación pública en la ciudad, especialmente con los docentes de primarias y secundarias adscritos a las secciones IX y X del magisterio disidente agrupado en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), y también con telefonistas, electricistas, etc. Concluida la huelga, esta perspectiva sigue vigente ya que los ataques contra la educación pública persisten y tenemos que alistarnos para noquear a la patronal en el próximo round.
___________
Gobierno populista burgués de Claudia Sheinbaum lanza arremetida antieducativa y rompesindicatos en el IEMS
Para
que triunfe: ¡Defender y
extender la huelga del SUTIEMS!
PRI, PAN, PRD, Morena: partidos patronales enemigos de la educación pública
¡Preparar una huelga nacional del sector educativo!
¡Forjar un partido obrero revolucionario!
El 16 de febrero, el Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior (SUTIEMS) estalló una huelga largamente anunciada y varias veces prorrogada. El propósito de la huelga es hacer frente, finalmente, a una serie de violaciones al contrato colectivo de trabajo que la patronal –el gobierno populista burgués de la Ciudad de México encabezado por Claudia Sheinbaum– ha perpetrado desde hace varios años con una creciente arrogancia. Después de la represión del 27 de enero a manos de granaderos del gobierno de la Ciudad de México, centenas de trabajadores hartos de tantos atropellos colocaron las banderas rojinegras en los accesos de los 28 planteles del sistema de bachillerato público de la capital.
La huelga de los trabajadores del IEMS demanda un incremento sustancial en el presupuesto para las escuelas, la creación de nuevas plazas para académicos y administrativos y, sobre todo, la eliminación de la nueva figura de “Académico de Tiempo Completo” (ATC) con la que se pretende sustituir la de Docente, Tutor e Investigador (DTI). Con este cambio, la patronal no sólo pretende eliminar las tutorías y el tiempo pagado que los docentes dedican a la investigación (con las concomitantes afectaciones a la atención educativa curricular y extracurricular que reciben los estudiantes), sino que busca mermar la contratación colectiva de los profesores, bajar los salarios y eliminar derechos laborales.
De tener éxito el plan del Gobierno de la Ciudad de México, los profesores de nuevo ingreso en el IEMS se encontrarían bajo un régimen contractual diferente. Esto no sólo violaría el elemental principio de salario igual por trabajo igual, sino que impondría la contratación individual de trabajadores por fuera del sindicato (esto es, sin la posibilidad de que los nuevos profesores participen en la negociación colectiva) y sin derechos laborales elementales como la estabilidad laboral, el reconocimiento de antigüedad, vacaciones pagadas, etc. Las disposiciones contractuales que ahora busca imponer Claudia Sheinbaum representan tanto un ataque rompesindicatos como una arremetida contra la educación pública. Atañe a la clase obrera en su conjunto, lo mismo que a todos los defensores de los derechos democráticos, movilizarse en defensa de la valiente lucha de los trabajadores del SUTIEMS.
Como cualquiera puede ver, el gobierno burgués de Morena tanto en la Ciudad de México como a nivel nacional, replica la misma política antieducativa y rompesindicatos que en su momento impusieron los gobiernos priístas de Ernesto Zedillo y Enrique Peña Nieto, y los panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón. Y es que la batalla que hoy se libra en el IEMS es una lucha de clases. La burguesía mexicana no hace sino imponer a rajatabla las recetas antieducativas dictadas por los organismos financieros internacionales, más allá de las diferencias de estilo que puedan tener sus políticos y partidos. Para ganar hace falta, en consecuencia, una política clasista basada en la más completa independencia de los trabajadores con respecto a la patronal, sus partidos políticos y su estado, lo que implica no sólo romper con PRI, PAN y PRD, sino también, y con el Morena burgués de AMLO y Sheinbaum.
En la época imperialista actual, la del capitalismo en decadencia, es obvio que en un país neocolonial como México hasta los derechos democráticos más elementales, como el derecho a la educación, sólo podrán hacerse realidad (y no ser mera tinta sobre el papel) por medio de la lucha contra la burguesía y todo el sistema capitalista. Esto significa que la lucha en defensa de la educación pública y de los derechos de los trabajadores del sector debe vincularse con la lucha por la revolución obrera y por su extensión internacional. Esto hace necesario forjar un partido obrero revolucionario que, como el de los bolcheviques de Lenin y Trotsky, encabece las luchas de explotados y oprimidos por su liberación.
Para defender la huelga y ganar hace falta extender la lucha
Hasta ahora, la estrategia que ha seguido la dirección del SUTIEMS es la de presionar al gobierno patronal capitalino de Claudia Sheinbaum y Morena. Es de crucial importancia entender que apelar a Morena o a su gobierno-patrón es una receta para una derrota total. La creciente amenaza de que la Secretaría del Trabajo declare la huelga como “inexistente” pone de manifiesto que el estado burgués, hoy administrado por Morena, invariablemente está del lado de los patrones. ¿Cómo podría ser de otro modo?
No se va a derrotar a la patronal y su estado con la típica política reformista de presión sobre los políticos burgueses para establecer “mesas de diálogo”, como si el problema se redujera a un proceso argumentativo de “convencimiento” y no a un enfrentamiento de intereses de clase contrapuestos. En realidad, los llamados al “diálogo” sólo pueden servir para desgastar a las y los trabajadores para luego darles una migaja o dos. Tampoco se trata simplemente de atrincherarse en los planteles para resistir pasivamente. Entonces, ¿cuál es el camino para la victoria?
Esta batalla tiene el potencial de convertirse en ejemplo a seguir para el resto de los sindicatos de la educación, cuyas direcciones se han postrado ante los ataques capitalistas contra la educación pública. Los ojos de los trabajadores de la educación están puestos en la huelga del SUTIEMS. También sus esperanzas. Esta batalla no puede sumarse a la larga lista de derrotas que los trabajadores de la educación han sufrido en los últimos años. Dado que todo el sector educativo se encuentra bajo ataque, existen las condiciones objetivas para extender la huelga del SUTIEMS a todos los trabajadores de la educación, primero en el Valle de México, e inmediatamente después a escala nacional.
No se trata de una perspectiva quimérica: los trabajadores universitarios enfrentan el mismo tipo de políticas antieducativas y rompesindicatos. Por ejemplo, alrededor del 70 por ciento del personal académico de la UNAM se inscribe en la categoría de “profesor de asignatura”, lo que quiere decir que está sometido al régimen de trabajadores eventuales, sin prestaciones y bajo contratos semestrales. Al mismo tiempo, la titularidad del contrato de los profesores está en manos de un seudosindicato blanco, las AAPAUNAM, que no es otra cosa que una extensión del departamento de Recursos Humanos de la Rectoría. Es urgente aplastar este organismo y conseguir la integración de todos los trabajadores académicos en el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM).
En la UAM se enfrenta una situación similar. Apenas en diciembre pasado, ante la necesidad de iniciar una huelga contra las arteras violaciones a su contrato colectivo, los trabajadores del SITUAM enfrentaron la ominosa amenaza de la Secretaría del Trabajo de que no tendrían derecho a iniciar una huelga con el absurdo argumento de que sus agremiados pertenecen al apartado B del artículo 123 de la Constitución.1
Por su parte, los trabajadores de la UACM, cuyo sindicato también está emplazando a huelga, enfrentaron la misma situación cuando en 2012 la entonces rectora Esther Orozco, designada por Marcelo Ebrard para destruir esta universidad pública, decretó que los profesores universitarios serían “servidores públicos”. Hoy, tras años de brutal deterioro en las condiciones salariales y de múltiples ataques en su contra, los trabajadores de la UNAM, la UAM, la UACM y los Colegios de Bachilleres deben sumarse a la huelga del SUTIEMS ¡ya! Lo mismo deben hacer los trabajadores de educación básica y media para frenar la arremetida recorporativizadora ordenada por el gobierno burgués de AMLO.
La huelga no se va a ganar en las mesas de negociación en la Junta de Conciliación y Arbitraje: se va a decidir en el terreno de la lucha de clases, donde es preciso movilizar un poder mayor que el que tienen el gobierno y su estado. Para lograrlo es necesario apelar a los estudiantes del IEMS, a los padres de familia y al resto de los trabajadores del sector para agitar a favor de una huelga conjunta de la educación. En lugar de encerrarse en las guardias, los trabajadores del SUTIEMS deben organizar brigadas que se vuelquen a las calles, recorriendo escuelas de todos los niveles para explicar la situación y para organizar con los sindicatos del sector lo necesario para unificar la lucha. No se trata de buscar sólo el apoyo solidario que se realiza al pasar el bote con compañeros de otros gremios. La tarea consiste en agrupar una fuerza de clase que se exprese en paros y huelgas para detener el intento de la patronal de pasar por encima de la contratación colectiva.
La movilización de los trabajadores de la educación al nivel del Valle de México es una necesidad impostergable, pero no es suficiente. Las brigadas de huelguistas deben solicitar acciones proletarias en solidaridad con su lucha en defensa de la educación ¡la educación no es una mercancía, es un derecho que a diario se conquista!
Jugar con las reglas del patrón y su estado asegura una derrota
Cualquier batalla de clase que pretenda doblegar a la patronal tendrá que partir de desafiar el orden burgués que se impone a los trabajadores a través de las legislaciones laborales corporativistas. La amenaza de que esta huelga sea declarada inexistente por parte de la Junta de “conciliación” forma parte del arsenal de los patrones para amedrentar. En 2015 la huelga fue declarada “inexistente” y la dirección del sindicato acató la orden, sentando las bases para el avance de la patronal. Lejos de atemorizarse, una dirección clasista enfrentaría estas amenazas con una estrategia de fortalecer la huelga, buscando poner en acción el puño obrero y convocando a sindicalistas de otros gremios a defender los piquetes de huelga y llamando a la solidaridad obrera que se vea reflejada en paros y huelgas.
En un país de desarrollo capitalista tardío como México, saber cómo derrotar la ofensiva capitalista contra la educación es incluso una cuestión de vida o muerte. El estado burgués, hoy encabezado por el populista burgués Andrés Manuel López Obrador, continúa la arremetida contra la educación pública para llevar a cabo las medidas privatizadoras de los capitalistas. Esto lo demuestran las declaraciones de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, con respecto a la huelga, quien dijo que “hay cosas que le corresponden al sindicato y hay cosas que no le corresponden” y que “Lo que quiere el sindicato es que las plazas sean contratadas a través de ellos” (El Universal, 16 de febrero). La verdad es que el propósito último de la burguesía es acabar con los genuinos sindicatos y minar los derechos laborales. Esto no se puede dejar pasar. Los trabajadores que hoy defienden las guardias lo saben y están dispuestos al sacrificio, pero hace falta más que la convicción de resistir: es necesario un programa político para vencer a la patronal.
Entonces, parar empezar, es preciso romper con la ilusión de que Morena está, como desvergonzadamente afirma, “del lado de los trabajadores”. Apenas hace unas semanas, el 2 de febrero, el gobierno [de Chiapas] del morenista Rutilio Escandón Cadenas reprimió con lujo de violencia una manifestación de estudiantes de la Normal Rural de Mactumatzá que exigía la reinstalación de 33 trabajadores despedidos. Tanquetas, gases lacrimógenos y toletes fue la respuesta del gobierno burgués de Morena. Por otro lado, no olvidemos que en mayo de 2021, ordenó una sangrienta arremetida policial contra los normalistas, también de Mactumatzá, que culminó con 95 arrestos de jóvenes estudiantes; además, ha perpetrado ataques contra los normalistas de todo el país como los de Tlaxcala y Michoacán tal y como lo hicieron los gobiernos antecesores del PAN y el PRI, bajo el que el estado capitalista secuestró y “desapareció” y cruelmente a 43 normalistas de Ayotzinapa, además de haber asesinado a mansalva a varios de sus compañeros a finales de septiembre de 2014.
Ante esta brutalidad el Grupo Internacionalista ha participado activamente en las movilizaciones por la defensa de la educación pública con un programa obrero revolucionario en las que hemos insistido en la necesidad de extender la lucha a otros sectores de trabajadores y hemos declarado: ¡Ante la represión burguesa, movilización clasista!
La respuesta de la Administración del IEMS y del gobierno de Claudia Sheinbaum, de la mano del populista burgués Andrés Manuel López Obrador, ha sido la represión, el desdén y la difusión de mentiras, como la vergonzosa falsedad de que los trabajadores del sindicato “no quieren” que tengan clase los más de 30 mil jóvenes que asisten a dicha institución. El comunicado de los patrones del IEMS señala que “lamenta profundamente” la decisión de estallar la huelga y convoca a la “sensibilidad y comprensión” (“El IEMS informa a la comunidad”, 16 de febrero) de los trabajadores para que acepten con gusto la guerra contra la educación pública.
El SUTIEMS está peleando por el aumento de plazas en los nuevos planteles que se abrieron en julio del año pasado, bajo el Contrato Colectivo de Trabajo que ganó en 2006 con la fundación del sindicato; por la construcción de laboratorios de ciencias, de salones de artes y ciencias, de cubículos para realizar las labores de docencia, tutoría e investigación, de espacios para que los estudiantes puedan reunirse para realizar actividades educativas, y la habilitación de bibliotecas con libros. Todo esto tiene el claro propósito de mejorar la calidad de la educación. Sin embargo, sabemos que esto aún no sería suficiente. Los trabajadores con conciencia de clase deben luchar por ¡admisiones abiertas para todos y estipendios, alimentación y dormitorios para todos los estudiantes! Para hacer realidad estas elementales reivindicaciones hace falta la apertura de muchos más planteles y la contratación de miles de maestros y trabajadores administrativos. Esto es imposible si la gestión del IEMS sigue en manos de los representantes del gobierno/patronal de la CDMX. De manera que es necesaria la abolición de la administración burguesa del IEMS: ¡por un gobierno escolar de consejos de estudiantes, profesores y trabajadores!
Esto trae a la mente también la división de los trabajadores del IEMS que la patronal ha ejercido mediante la formación de diversos sindicatos en el instituto. Contra las direcciones propatronales de otros gremios, es indispensable luchar por un solo sindicato que una a todos los trabajadores en contra de la patronal. Esto no puede quedarse en el marco del IEMS, sino que debe extenderse hasta la consolidación de un verdadero sindicato nacional de trabajadores de la educación sobre los jirones de la camisa de fuerza corporativista ejercida por el SNTE y otros gremios corporativistas. Debemos entonces luchar ¡por un sindicato único de trabajadores de la educación!
Ya desde el año pasado, el SUTIEMS estalló en huelga para demandar un aumento salarial por encima de la inflación y por mayor presupuesto para las escuelas, sin embargo, el estado burgués respondió con esta nueva medida privatizadora. En ese entonces, el sindicato también demandó “la plantilla completa del personal de intendencia en todos los centros de trabajo, así como el pleno cumplimiento del laudo de basificación de este sector de trabajadores” debido a que “el IEMS redujo durante la pandemia a más de la mitad el personal de intendencia asignado a cada plantel, mismo que ha atendido durante el regreso presencial el 100% de las actividades escolares” (Excélsior 21 de agosto de 2022). Resulta urgente la basificación de los trabajadores de limpieza bajo el SUTIEMS y al mismo tiempo, su plena incorporación a la gestión del Instituto como parte de un gobierno de consejos de trabajadores, estudiantes y profesores.
¡Forjar un partido obrero revolucionario!
Algunas organizaciones de trabajadores de la educación como la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios y de la Educación Superior (CNSUESIC) o la propia CNTE han hecho llamados para solidarizarse con la huelga. Han convocado a nutrir los piquetes de huelga y a llevar víveres. Otras organizaciones de “izquierda” como el Movimiento de los Trabajadores Socialistas (MTS), que pertenece a la mal llamada “Fracción Trotskista”, han llamado a paros solidarios en apoyo al SUTIEMS. Sin embargo, la verdad es que el ataque frontal del estado burgués no está dirigido únicamente contra el SUTIEMS: es un ataque generalizado a todo el sector educativo y una medida rompesindicatos que busca eliminar las conquistas ganadas por la clase obrera en su conjunto. No se trata de llamar simplemente a paros solidarios y mucho menos de convocar únicamente a nutrir los piquetes de huelga. La lucha del SUTIEMS es una lucha en interés de todos los trabajadores en su propia defensa contra los intentos de desmantelar la educación pública en el país. Para enfrentar el ataque se necesita un programa de independencia de clase y combatir por romper la alianza que hoy en día mantienen las direcciones de los llamados sindicatos “independientes” con AMLO y el gobierno burgués de Morena. No es una cuestión de acumular más fuerzas y ya, sino que se necesita sumarlas en torno a un programa de lucha de clases que rompa con la patronal y su estado.
Los electricistas deben bajar el switch. Los telefonistas deben movilizar su poder no sólo en defensa de la educación, sino también de sus propios derechos, que fueron hechos añicos por el reciente “acuerdo” entre el sindicato neocorporativista de Hernández Juárez y el magnate Carlos Slim. Pero si esa fuerza no se puede desplegar es porque los electricistas están regimentados por un “sindicato” corporativista y los telefonistas por un incondicional de la patronal que entregó las jubilaciones de sus afiliados al presentar el acuerdo con el hombre más rico de México como si hubiera sido un “triunfo” para los trabajadores. Para ello es necesario romper las ataduras que tienen los sindicatos corporativistas al aparato estatal. ¡Aplastar el grillete corporativista ya!
Hace falta desencadenar una verdadera lucha de clases. Para hacer esto posible se debe partir de reconocer que es necesario. Es fundamental la lucha por el derecho a la educación y por la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores del sector. El SUTIEMS busca elevar la calidad de la educación, pero en un país como México, donde la burguesía está subordinada a los dictados del imperialismo, el derecho a la educación y cualquier intento para impulsar una educación transformadora sólo será posible a través de una revolución socialista. Esto apunta a la necesidad de forjar un partido obrero revolucionario armado con el programa de la revolución permanente. Fue éste el programa que permitió a los bolcheviques de Lenin y Trotsky arrebatar el destino de la atrasada Rusia zarista de las manos de la burguesía, establecer un gobierno obrero y campesino y luchar por la extensión internacional de la revolución socialista. Ese es el camino que debemos seguir. Esa es la lucha del Grupo Internacionalista. ¡Únete! ■
- 1. La Ley Federal del Trabajo en México se inspiró explícitamente en las disposiciones laborales de la Italia fascista de Mussolini. Constituye el andamiaje legal del control corporativista de los trabajadores en México. Esto quiere decir que su función es y ha sido mantener bajo el control del estado a la clase obrera. Aun así, fue necesario que la burguesía apretara aún más la camisa de fuerza agregando en la década de los 1960 el famoso “apartado B” al artículo 123 de la Constitución, para impedir que los “trabajadores al servicio del estado” pudieran emprender huelgas.